Una docena de mujeres, esposas, madres de familia, hijas de pescadores y empleadas de la maquila, ha encontrado un nuevo mercado reciclando la piel y escama de pescados para elaborar bisutería artesanal y diversos artículos sustentable para aportar ingresos a su hogar.
Una manualidad poco conocida en este puerto, y quizá en todo el país, que además de convertirse en un producto comercial amigable con el medio ambiente, es en una alternativa de ingresos, mediante la venta de collares, aretes y pulseras, así como carteras, gorras y zapatos, entre otros artículos.
Los costos no son elevados, van desde 50 pesos una pulsera elaborada con escama de pescado hasta 250 pesos un collar con aretes, cintos de piel de pescado desde 130 pesos , carteras por 200 pesos y zapatos con incrustaciones en 250 pesos.
Poco a poco la calidad y creatividad de estos coloridos artículos artesanales se han ido adaptando a la moda, sobre todo de collares, aretes y pulseras, a las que cuales se les han incorporado otro tipo de material.
Este grupo de mujeres de bajos recursos económicos pide más apoyo para dar a conocer su producto, actualmente lo venden en las plazuelas Zaragoza y Machado de Mazatlán, Sinaloa, ubicadas en el Centro Histórico y frente al Acuario. Las ganancias se dividen en partes iguales y quincenalmente obtienen entre 500 y 600 pesos cada una.
“En la pasada quincena obtuvieron 650 pesos, muy emocionada los recibió una de ellas y dijo que ya no tenía ni 10 pesos para el camión”, comentó Paola Luévano Carrillo, integrante del grupo, también trabajadora en la Asociación Civil Refugio Pesquero de Bonfil AC (Repebac).
“Este auto empleo me apoya ya que ahora en tiempos de veda mi esposo trabaja en lo que caiga, porque tenemos dos hijos que mantener y sacar adelante. Él me apoya en este proyecto de de esa manera trabajamos juntos" , señala Rosario. Las otras 10 integrantes del grupo coinciden en el beneficio del autoempleo e incluso invitan a más mujeres a sumarse.
Ellas tomaron el Taller de curtido sustentable de piel de pescado, talabartería y aprovechamiento de estama con fines artesanales y el profesor Gabriel Tiznado Agular les enseñó a obtener diversas tonalidades en esas texturas. Tomamos el curso 30 mujeres y 12 nos organizamos para emprender el autoempleo.
El taller contempló tres etapas Curtido, talabartería y elaboración de bisutería con escama con la piel reciclada del pescado, explicó Luevano.
Además, el grupo ha recibido donaciones de pescadores de la Playa Norte y de los que trabajan en la isla de la Piedra, les dan piel de cochito, pargo y dorado, que antes tiraban, pero que ahora les envían congelada.