Recolecta de sargazo amenaza a las tortugas en playas de Quintana Roo

Caribe. El arribo masivo no es un problema para la anidación, pues los quelonios tienen en sus aletas la fuerza para caminar entre el alga; barreras y barcos ponen en peligro a madres y crías al volver al mar.

En el Santuario Xcacel-Xcacelito. (Araceli López)
Abraham Reza
Quintana Roo /

Durante los últimos cinco años uno de los factores que más ha amenazado a las tortugas y sus crías en época de desove son los distintos métodos con los que recolectan el sargazo que llega a las playas de Quintana Roo.

Miriam Tzeek, presidenta del Comité Estatal de Tortugas Marinas, explicó a MILENIO que el arribo masivo de sargazo por sí solo no representa un problema para la anidación, pues las tortugas tienen en sus aletas la fuerza necesaria para caminar entre el alga.

Sin embargo, señaló que las barreras y los barcos sargaceros sí ponen en riesgo la vida de las crías y sus madres cuando intentan volver al mar.

Cada año las playas del Caribe mexicano se vuelven los sitios de anidación de poco más de 20 mil tortugas. De acuerdo con Miriam Tzeek, solo uno de estos animales puede colocar hasta 100 huevos, lo que significa que al menos 2 millones de crías se ponen en riesgo con la recolección de sargazo.

Uno de los sitios favoritos para este desove es precisamente el Santuario de la Tortuga Xcacel-Xcacelito, donde Leonel Gómez, jefe del programa tortugas marinas de la Rivera Maya-Tulum, recibe tres especies de tortugas en la región: la jorobada, la caguama y la blanca.

“Una tortuga que llega hasta la orilla de la playa viene preparada para todo. Su objetivo es colocar los huevos y es difícil que algo las detenga, pues su cuerpo está diseñado para pasar hasta por piedras”, explica Gómez mientras camina por los más de 50 nidos de huevos de tortuga que hay en el santuario.

Señala que el verdadero reto en esta época de sargazo tiene más que ver con el actuar del hombre y los intereses de los hoteleros, ya que su producto son las playas color turquesa y no tienen otra opción más que limpiar sus costas o los turistas se les van.

“No los culpo, de eso viven, pero a veces los métodos son tan improvisados que no miden los daños que generan a los arenales o a la fauna que hay en el mar”, explica Gómez.

De las distintas técnicas de recolección hay dos que más preocupan a Miriam y Leonel. La primera es la que se hace con barcos sargaceros, pues la mecánica de éstos atrae hacia su banda el alga, pero además todo tipo de fauna que esté a su paso.

“Nuestro temor es que una vez que las crías dejen el cascaron y avancen hacia el mar en busca de las corrientes marinas, sean absorbidas por estos barcos y terminen atrapadas en los grandes bultos de sargazo que se sacan a diario”, explica Gómez.

Otro de los métodos que mantiene alerta al Comité Estatal de Tortugas es de las redes que contienen el sargazo.

“Incluso no solo la máquina, también las barreras que ponen antisargazo van a afectar a las bebés, quizá a las grandes no tanto porque ellas se van por abajo, pero la pequeña no; la pequeña pueda quedar atorada en una de esas mallas”, añade.

Este no es su único temor, tanto Miriam como Leonel creen que otro de los riesgos para el desove en esta lucha contra el sargazo se encuentra en la acumulación exorbitante del alga en las orillas de la playa.

“Todo lo que sacan o barren de las playas lo acumulan en grandes montañas cercanas a los arenales, y si por error echan el sargazo sobre algún nido eso los va a coser, porque cambia totalmente la temperatura de la arena, se calienta por los lixiviados, por toda la descompostura que va a generar y si la tortuga llega y desova ahí, seguramente esos huevos quedan totalmente cocidos”, puntualiza Gómez.

Tanto para Leonel como para Miriam la opción es que se plantee una estrategia que no solo esté diseñada para limpiar las zonas hoteleras, sino también para salvaguardar a las especies de la región.

“Son acciones que no sabemos realmente cuánto van a impactar, son hechos que hay veces que no son las adecuados y si allá no se regula o no se mide esa parte, de nada van a servir los esfuerzos que estamos haciendo aquí para proteger a la tortuga”, puntualiza el jefe del programa tortugas marinas de la Rivera Maya-Tulum.

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