Reconstrucción en Oaxaca enfrenta juicios y fraudes

Dos años de los sismos

19-S. La Fiscalía Anticorrupción tiene en proceso nueve averiguaciones, ocho de ellas por obra abandonada, ya que se les pagó a las empresas y no terminaron el trabajo.

El mercado de Juchitán, Oaxaca, sufrió daños considerables tras el sismo. (Omar Franco |Archivo)
Vanessa Job
Oaxaca /

A dos años de los sismos del 7 de septiembre en Oaxaca, cientos de niños todavía estudian en salones improvisados, algunos con carpas, donde se concentran temperaturas de casi 40 grados.

Otros se encuentran en aulas en obra negra, entre varillas y polines, mientras que otros esperan poder entrar a los salones nuevos recién pintados, pero que no cuentan con luz.

En la historia de la reconstrucción de escuelas dañadas hay un cúmulo de irregularidades: empresas fantasma, constructores sin contratos, pagos sin obra y subcontratistas defraudados.

La reconstrucción de escuelas fue una oportunidad para actos de corrupción.

La Fiscalía Anticorrupción tiene en proceso nueve averiguaciones, ocho de ellas por obra abandonada, ya que a las empresas se les pagó y no construyeron.

Asimismo, investiga a funcionarios que pagaron obra sin que estuviera concluida, además rastrea a constructoras fantasma que fueron utilizadas para obtener recursos y desviarlos.

Las indagatorias abarcan tanto a los ex directores del Instituto Oaxaqueño Constructor de Infraestructura Física Educativa, Orlando Hernández y Mario Bustillos como a 175 constructoras que presentan irregularidades.

“Se puede configurar como fraude al estado en el caso de los particulares implicados por el uso de empresas fachadas”, asegura Jorge Iruelas, fiscal anticorrupción en Oaxaca.

Ante el caos, constructores y maestros suman cinco días de movilizaciones con bloqueos carreteros que desquician el municipio de Juchitán.

Hoy, sábado, el presidente López Obrador asistirá para conmemorar los dos años del sismo del 7 de septiembre y los constructores planean recibirlo con una protesta, quieren que les paguen las obras realizadas y por las que nunca firmaron un contrato; la reconstrucción se detuvo hace seis meses por falta de pagos.

Eso sucedió en la administración de Orlando Hernández, director del Instituto Oaxaqueño Constructor de Infraestructura Física Educativa, donde las obras de reconstrucción fueron adjudicadas por asignación directa y algunas sin contratos de por medio.

“Nos solicita (Hernández) que ingresemos de manera económica, sin contratos y que en un mes a más tardar nos darían los contratos”, asegura Santiago Fernández, uno de los constructores.

Al cumplirse dos años del sismo no hay contratos, no hay pagos y faltan por terminar alrededor de 300 escuelas.

Mientras que en unas se construyó sin la documentación necesaria, en otras existió duplicidad de contratos.

“A mí me dieron el contrato de una escuela, que otra empresa ya había iniciado los trabajos”, relata un constructor que prefiere omitir su nombre por miedo a obstaculizar que le paguen lo ya invertido en los planteles.

“Me informan que uno de esos dos contratos no es válido y que tenemos que conciliar”, dice mientras muestra una conversación vía WhatsApp con una representante de la empresa que tiene el otro documento.

Entre los constructores que se están movilizando se encuentra un grupo de subcontratistas que fueron defraudados por Grupo Salcedo, un consorcio de empresas que facturan desde el Estado de México, de acuerdo con una factura en poder de MILENIO.

A decir de Carlos Vázquez Rasgado, constructor defraudado, el director de Instituto Oaxaqueño Constructor al iniciar el proceso de reconstrucción les dijo “que no podíamos contratar directamente, puesto que todo este paquete ya venía asignado para Grupo Salcedo”

“El hecho de que empresas grandes ( fueran cortadas) para ganar el contrato a sabiendas que no lo van a ejecutar y después van a subcontratar a otras, me parece que desde ahí hay irregularidades”, señala el fiscal Iruelas.

Y ADEMÁS

EL ALTRUISMO DE FRANCISCO TOLEDO

El maestro Francisco Toledo, quien falleció el viernes, era dueño de un corazón generoso y supo estar con Juchitán en los días difíciles, como en los años 80, y además apoyar a Oaxaca tras el terremoto de 2017. Junto con su hija abrió una cuenta bancaria para recibir donativos para los damnificados en el Istmo, y tras el sismo del 19 de septiembre del mismo año, donó algunas de sus obras para recaudar fondos.

LAS MÁS VISTAS