Una serie de ataque con armas blancas encendió las alertas en Sinaloa, pues en menos de 24 horas se confirmó la muerte de un joven atacado a machetazos en el municipio de Ahome y casi de manera simultánea, una riña armada irrumpió un desfile navideño con la presencia de decenas de niñas y niños.
El primer caso se confirmó el jueves 18 de diciembre, cuando autoridades notificaron el fallecimiento de Christian Omar 'V', de 24 años de edad, quien permaneció alrededor de dos semanas hospitalizado tras haber sido atacado con machetes en el ejido Compuertas, perteneciente a la sindicatura Central de Ahome. El joven presentaba lesiones de extrema gravedad en el tórax, brazos y una mano, mismas que finalmente le provocaron la muerte.
De acuerdo con información recabada durante la investigación, la agresión ocurrió la madrugada del 4 de diciembre en un domicilio particular, cuando varios hombres irrumpieron de manera violenta y atacaron al joven sin mediar palabra.
Tras confirmarse su deceso, el caso fue reclasificado de lesiones dolosas a homicidio doloso, quedando bajo investigación de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Sinaloa.
Ese mismo jueves, pero horas antes, un segundo hecho de violencia generó pánico colectivo en la sindicatura de San Miguel Zapotitlán, también en el municipio de Ahome, cuando un grupo de jóvenes armados con machetes irrumpió en pleno desfile navideño, atacando a un joven en la vía pública ante la mirada de familias enteras, estudiantes y menores de edad.
Los hechos ocurrieron sobre la principal vialidad de la comunidad, en la zona comercial, donde al menos tres agresores persiguieron a la víctima e ingresaron a distintos negocios en su intento por agredirlo.
La situación provocó escenas de caos, con niños corriendo y padres buscando resguardarlos, lo que obligó a suspender de inmediato el evento decembrino.
El joven agredido recibió atención médica, mientras que los responsables lograron escapar entre la multitud. Hasta el momento no se han reportado detenciones relacionadas con este ataque.
De manera extraoficial, ambos hechos han sido atribuidos a un mismo grupo de jóvenes que opera en comunidades del norte de Sinaloa, señalados por participar de forma recurrente en riñas con machetes y otras armas blancas, sin que hasta ahora se conozcan acciones contundentes que frenen su actuar.
La coincidencia temporal de ambos casos, la brutalidad de las agresiones y el hecho de que uno de los ataques ocurriera en un evento público con presencia de menores, ha generado alarma social y renovado el debate sobre la falta de control y prevención de este tipo de violencia, que ya no se limita a enfrentamientos aislados, sino que irrumpe en espacios familiares y comunitarios.
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