Restauranteros de playa banfield piden auxilio tars el paso de Otis, pues el huracán se comió toda la playa y la marea está excavando poco a poco los cimientos donde está asentado su patrimonio.
Este lugar era visitado por muchas familias, debido a la marea baja, la tranquilidad de su oleaje y a la amplitud de la que era su playa, pero todo eso desapareció.
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“Teníamos cien metros de playa, podías estar tú con tu familia, con tus hijos y todas las cabañas que había, caminabas para acercarte al mar y ahorita no tenemos playa y el oleaje.
"Lo que está haciendo, es que se mete y te empieza a escarbar y a quitar toda la arena. Por eso los restaurantes colapsan porque te empieza a quitar el piso y truenan, caen”, alertó Roberto Domínguez, dueño del restaurante Chamamas.
Con sus propios recursos han logrado, en algunos casos, retardar lo que parecería la destrucción de sus negocios. Los propietarios compraron toneladas de escombro y piedra, que lanzan desde sus balcones tratando de generar un rompeolas que evite que el mar llegue a la base de los edificios.
En algunos casos ya fue demasiado tarde y la falta de soporte partió los inmuebles. Por ello piden ayuda a todos los niveles de gobierno.
“No hay un plan de emergencia para salvaguardar los que todavía quedan, no hay un plan de contingencia para mitigar los daños”, reclaman.
Roberto Domínguez muestra a MILENIO cómo en algunas partes la arena está dos metros por debajo del nivel que estaba. Mientras observa su restaurante, dice con tristeza: “ya una vez que empieza a cubrir los pilotes ya es cuestión de tiempo nada más”.
En otras partes de Acapulco ya se observan avances rumbo a la recuperación. Poco a poco aparecen más turistas y la economía empieza a moverse.
Este fin de semana ya se pudo observar la primera banana ofreciendo paseos en la playa papagayo, pero no fue fácil para los dueños revivir esta atracción característica del puerto.
“A todos nos pegó, a los prestadores de servicio turístico nos fue bien mal, perdimos todo, toda la herramienta de trabajo… para reactivar esto tuve que conseguir dinero prestado y ponerme a trabajar, sacar para comer porque no hay de otra”, explicó a MILENIO, Jesús Martínez, dueño de la banana.
Su hijo hizo un llamado a los turistas y prometió el mejor trato.
“Estamos aquí para atender al turismo y con la mejor intención de que vengan nos visiten en el cual si se dan cuenta las playas están disponibles para poder disfrutar de ellas, también estamos todos los días tratando de mantenerlas limpias, haciendo el aseo que nos corresponde como prestadores de servicio turístico y por aquí estamos desde las 8 de la mañana tratando de darle servicio de la manera más favorable y que los turistas nos vengan a visitar están invitados”, expresó.
Desde que se confirmó que este fin de año sí habrá pirotecnia en la Bahía de Acapulco los comercios están a marchas forzadas.
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HCM