Rosalía Díaz Mireles no se quiebra al contar todo lo que ha pasado en su vida en los últimos cuatro años. Al contrario, demuestra valentía porque así decidió que fuera desde que le diagnosticaron cáncer de mama en febrero de 2020.
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Esa actitud la ha ayudado a salir adelante en su lucha pese a las carencias del sector Salud; una pandemia mundial, la pérdida de su madre y un divorcio.
“Lía”, quien hoy tiene 41 años de edad, notó un mes antes algo extraño en el pecho izquierdo y sin pensarlo dos veces acudió al centro de salud.
“La doctora me preguntó si tenía Seguro Social y le dije que sí, entonces me mandaron para allá y ya me hicieron todos los estudios junto a la biopsia. El 13 de febrero me confirmaron que era cáncer de mama en etapa 4”.
Perder su mama era necesario para iniciar con el tratamiento de quimioterapia un 30 de abril, casi tres meses después de su diagnóstico. A pesar de la gravedad de su cáncer, no había manera de acelerar el proceso porque así de larga es la espera en el Seguro Social.
“Hay que conseguir quien te ayude adentro del Seguro, a veces es el personal, porque no te ponen atención. Me decían que regresara en cuatro meses. Fueron ocho quimioterapias, solo en la primera tenían el medicamento y en las demás tuve que ponerlo. Cuesta 48 mil pesos, mis amigas me ayudaban con rifas y también tuve que pedir un préstamo”.
Lía cree que el buen estado anímico es importante durante el proceso, pero hay cosas que sobrepasan. Recordar a su madre que recientemente había muerto por influenza la ponía triste y ver cómo su cabello se caía, asegura, fue más doloroso que perder el seno.
Afortunadamente encontró el apoyo de Movimiento Benito, una agrupación altruista del sur de Tamaulipas que le regaló una peluca oncológica elaborada a base de donaciones de cabello en trenzas.
“En mi tercer quimio, el tratamiento afectó mi cuerpo. Estaba demasiado delgada, amarilla, sin ceja, sin pestañas, los ojos sumidos y me preguntaba si realmente había valido la pena haberme sometido a tanto tratamiento”.
Además tuvo 25 radiaciones, una diaria, que quemaban como si le pasaran una brasa. No solo era la sensación, también las quemaduras eran visibles y aún así tenía que caminar más de una hora hasta la colonia López Portillo de Tampico porque en pandemia no había transporte público.
Cada 19 de octubre se conmemora el Día Internacional contra el Cáncer de Mama para generar conciencia sobre la importancia de la detección temprana. También es un recordatorio de las carencias del sector de Salud pública que muchas veces, impiden a pacientes tener un tratamiento eficaz.