La muerte del gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, significó "un día muy triste para Puebla", lamentó doña María del Rosario Orozco Caballero, esposa del mandatario acaecido el 13 de diciembre por causas naturales, quien encabezó junto al presidente Andrés Manuel López Obrador el homenaje que el gobierno de Puebla preparó en Casa Aguayo, sede de la oficina en la que despachó durante 40 meses.
En tono tranquilo y sereno, 'Charito' recordó el camino que siguió Miguel Barbosa para arribar a la gubernatura de Puebla y, una vez en el cargo, la manera en que encaminó su gobierno haciendo frente a la corrupción eliminando los privilegios de los que gozaban las élites.
"Se ha ido de una forma inesperada pero nos ha dejado una lección y enseñanza de vida, a través del firme propósito que siempe tuvo desde el primer día de su mandato para transformar al estado de Puebla".
Orozco agradeció a López Obrador por haberle dado la confianza a Miguel Barbosa para competir por la gubernatura de Puebla en 2018, representando al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
En su discurso, doña María del Rosario recordó a su esposo como un "hombre cálido" y cercano a la gente, de la que "siempre obtuvo fuerza y energía".
"Él era una persona preocupado por su gente, su Puebla, adoraba a sus hijos, fue un gran padre, hijo, hombre, amigo de todos, a muchos amigos en el Senado les decía hermanitos".
Comentó que Miguel Barbosa siempre buscó lo mejor para Puebla y, a pesar de la circunstancias, las amenazas y el presupuesto, "nunca se echó para atrás", pues le preocupaba lo que podía pasar con la sociedad y los problemas que a diario enfrentaba, como la corrupción y la inseguridad.
AFM