La Diócesis de Saltillo informó que reducirá su aforo a celebraciones litúrgicas de un máximo de 350 a sólo 250 personas, luego de las cifras exponenciales que han alcanzado los contagios de covid-19 en los últimos días en Coahuila.
En una circular dada a conocer este fin de semana y dirigida al presbiterio y la comunidad diocesana, el Obispo Hilario González García, señaló que ante las cifras, “vemos conveniente actualizar el semáforo diocesano para nuestras actividades pastorales”.
Así, a partir de esta semana las misas presenciales, que permanecían con un aforo del 50 por ciento en recintos cerrados, con un máximo de 350 personas en un mismo espacio cerrado, si bien permanecerán en el mismo 50 por ciento como máximo, ahora esa capacidad se reducirá a no más de 250 personas, es decir, cien menos.
Cabe mencionar que de acuerdo con la Circular 2021-20 del pasado 25 de octubre, la diócesis ubicaba el semáforo diocesano en amarillo, color que no cambia, pero sí las acciones que derivan de él, ello pese a que en el ámbito social se avanzó al verde en semanas anteriores, “ahora vemos prudente y conveniente”, dice el escrito, permanecer en amarillo y reducir la tolerancia de aforo en las reuniones religiosas, entre ellas las misas presenciales.
Lo anterior, subraya, “dadas las circunstancias que estamos viviendo en torno a lo que se ha llamado la cuarta ola de la pandemia y el surgimiento de nuevas versiones del virus covid-19, y atendiendo a las indicaciones sanitarias y a las características de esta ola, que aparece más contagiosa pero menos agresiva en sus síntomas”.
El Obispo Diocesano destaca en la circular, que si alguna comunidad en particular está resintiendo el impacto de esta ola de contagio, “ya sea en los ministros y agentes de pastoral, ó ya sea en los miembros de su comunidad”, puede determinar un menor porcentaje de aforo y una capacidad menor.
“Hacemos un llamado a reforzar con responsabilidad y confianza las medidas e indicaciones que ya sabemos respecto al uso obligatorio de cubrebocas, distancia de 1.5 metros, filtros de control al entrar, gel antibacterial en manos, desinfectar espacios al iniciar y/o terminar una actividad celebrativa o pastoral”, puntualiza.
El presbítero recordó también no extenderse en el tiempo de las celebraciones litúrgicas, para garantizar así el menor riesgo de contagio; y en reuniones pastorales, prever tiempos de descanso / limpieza, para no estar juntos en un mismo espacio cerrado por mucho tiempo.
Lo mismo en salones y recintos cerrados, donde se deberán mantener puertas y ventanas abiertas para una adecuada ventilación; y en las instalaciones que cuenten con espacios abiertos, éstos pueden ser aprovechados para convocar a los fieles, respetando las indicaciones sanitarias.
Se mantiene la dispensa de la asistencia presencial los domingos y fiestas de guardar y se seguirá ofreciendo por medio de las redes sociales la oportunidad de participar en las misas de precepto, así como actividades pastorales de formación y catequesis.
Para la realización de retiros y talleres que impliquen pernoctar, se recomendó aplazarlos hasta la segunda quincena del mes de febrero o posteriores fechas, y esperar la publicación de los protocolos propios para estos eventos.
“Pedimos que por este mes de enero, en que se espera la más fuerte de esta ola de contagios, seamos prudentes en nuestras reuniones y desplazamientos. El regreso a las actividades pastorales presenciales dependerá de la modalidad y cantidad de personas que puedan hacerlo observando las indicaciones sanitarias y de la evolución de esta ola de contagios”.
La diócesis también invita a las personas que son elegibles para el esquema de vacunación, a que lo hagan y completen, “en un clima de libertad y de responsabilidad, motivados por la búsqueda del bien de toda la comunidad”.
CALE