El proceso de saneamiento del río Atoyac que pasa por 70 municipios de Puebla y Tlaxcala comenzó hace más de 30 años; sin embargo, se mantiene sin que se presenten resultados y sus aguas concentran una mayor cantidad de contaminantes.
María Eugenia Ibarrarán Viniegra, Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga, SJ (IIMA) de la Universidad Iberoamericana Puebla, comentó que las principales adversidades del afluente que está catalogado como el segundo más contaminado del país, se relacionan con la escasa información sobre el estado del acuífero y los altos costos de infraestructura.
“El proceso de saneamiento del río Atoyac comenzó hace más de 30 años y no ha presentado avances significativos. Uno de los principales problemas se relaciona con que no existe tecnología suficiente para gestionar todas las sustancias presentes en el río como mercurio, cromo, cadmio y zinc, entre muchas otras”, apuntó Ibarrarán Viniegra.
Como parte de su análisis “Seguridad hídrica en la cuenca del Alto Atoyac”, la investigadora de la Ibero Puebla destaca que uno de los principales problemas que se presentan en el río se relaciona con que los contaminantes se están filtrando y están llegando a los pozos de agua potable, fenómeno que deriva en múltiples enfermedades.
“La población más vulnerable ante la contaminación del río es la infantil porque son los niños los que están en contacto con el agua y están desarrollando enfermedades como leucemia que se relacionan con contaminantes”, apuntó.
Dentro de las aguas del Atoyac se tienen detectada la presencia de microplásticos, residuos de plásticos que pueden actuar como portadores de toxicidad microbiológica que afecta a la población de los alrededores.
Para la especialista, el primer paso para comenzar la recuperación del afluente se encuentra en realizar inversiones en infraestructura y equipo para el tratamiento del agua contaminada antes de que se descargue.
“Hay muchos mecanismos que se pueden implementar y, si cada quien trata su agua, en función de los contaminantes que está arrojando, será mucho más fácil la solución en comparación con que si todo echan su agua contaminada y luego se atiende. No hay ninguna tecnología que pueda limpiar el agua de todos los contaminantes”, apuntó.
La investigadora de la Ibero Puebla detalló que la zona más contaminada del río se encuentra entre Tlaxcala y Puebla, es decir, en los límites territoriales en donde las autoridades no están actuando.
“Es importante que cada usuario del agua trate su agua. Por cada quien me refiero a las industrias, a lo hoteles y las descargas domésticas que son responsabilidad de los ayuntamientos. Actualmente, si 10 por ciento de las plantas tratadoras funcionan de forma adecuada en ambos estados, en mucho”, explicó.
Por ahora, no hay una cobertura para tratar el agua que se utiliza en la zona metropolitana y solamente 39 por ciento del vital líquido es operado por algún organismo municipal, estatal o por la iniciativa privada.
“Solo 39 por ciento del agua en la zona metropolitana es manejada por algún organismo y el resto no tiene necesariamente esta cobertura. Además, se está presentando una extracción irregular de agua”, expresó la investigadora.
CHM