En Oaxaca, en el Santuario de la Virgen de Juquila, en Oaxaca, ante la pandemia por covid-19, siguen restringido y limitado el acceso al turismo religioso y a las caravanas de peregrinos provenientes de diferentes estados del país, a la llamada zona del “Pedimento”, que esta cerrado al público desde hace 8 meses, resguardado por la policía estatal. En el municipio las autoridades mantienen un toque de queda y una ley seca permanente.
Para ingresar a la cabecera municipal, los ciudadanos y visitantes tienen que cruzar un filtro sanitario, instalado por médicos y policías de la localidad donde se les mide la temperatura y se aplican roció con líquido desinfectante a las personas, mientras que los vehículos son sujeto de sanitizaciones con aspersores.
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El acceso a los hoteles y restaurantes esta limitado en su aforo, no se permite una estancia de más de 24 horas, mientras que el mercado público tiene diferentes medidas de contención sanitaria.
La catedral municipal, ubicada en el zócalo del pueblo, donde esta resguardada la figura de la virgen de juquila, está abierta con ingreso limitado, y las misas que se llegan a realizar son con menos de 20 personas y se transmiten por la red de Facebook Live.
Para este 8 de diciembre, que se celebra los festejos en honor a la virgen de Juquila las autoridades municipales informaron que no se permitirá el acceso, toda vez que no se permiten aglomeraciones y se habrá una misa que se transmite a través de redes sociales.
Para cuidar que se respeten las medidas de contención sanitaria, hay operativos en la zona por parte de la policía estatal y elementos de la Guardia Nacional.
Sin embargo, a pesar de las medidas de apremio, aún hay fieles que buscan ingresar a este santuario, como algunos ciclistas que se advirtieron en las carreteras que con uso de cubrebocas buscas avanzar a este lugar para cumplir su manda.
Ante esta presencia, Soledad Valeriano, verificadora de la Secretaría de Salud, dijo que ante el cierre de la zona del Pedimento se ha habilitado el espacio en el poblado de Santa Maria Amialtepec, donde hay antecedentes que apareció a la virgen.
“Tenemos 8 meses con filtros sanitarios en los ingresos al poblado, donde revisamos a cada persona que ingresa al santuario y hacemos la sanitización del vehículo, una de las primeras medidas que les exigimos a la gente, es el uso de cubrebocas dentro de la población y en vía pública esta prohibido esta sin este utensilio higiénico, se les informa sobre los horarios de misa en la cátedra, que son de 7 am, 12 am y 5 pm dónde esta limitado el aforo. Está marcada en el templo la sana distancia y se hace la invitación a la gente que respete estas medidas.
Está prohibido el estacionamiento en vía pública y hay toque de queda desde las 10 pm”.
Mientras tanto los comerciantes en el mercado de artesanías religiosas aceptan vivir el peor momento porque los 8 meses del cierre del santuario ha causado la quiebra, aceptando que han tenido que vender hasta propiedades o dedicarse a otra actividad alterna para sostenerse y sobrevivir.
Lo mismo ocurre con los paradores turísticos, donde también reportan caída de ventas y hasta el cierre de algunos establecimientos por las bajas ventas, generada por la ausencia de visitantes.
Sin embargo, a pesar de la pandemia la fe no declina y sigue habiendo fieles que hacen hasta lo imposible por arribar a este lugar ubicado en la región chatina.
Algunos representantes de la grey católica en la diócesis de Oaxaca admiten que el cierre del santuario de la virgen de Juquila ha generado pérdidas económicas por más de 6 millones de pesos ante esta contingencia por covid-19.
Además de que han muerto más de 30 personas dedicadas a su operación en el santuario y 100 más se han contagiado.
KACY