Hace algunos días llamó la atención nacional el problema de crisis sociales que se vive en la sindicatura de Juan José Ríos, en donde el gobierno de Sinaloa y de Guasave, se dejaron ver como los grandes salvadores de jornaleros agrícolas que llegan de otros estados a la cosecha de hortalizas, pero que viven entre carencias de servicios básicos en las llamadas cuarterías, pequeños espacios armados, algunos con material otros de madera, lamina y hasta de cartón, sin higiene, sin drenaje y pésima calidad del agua, aunado a que esta población flotante está sumergida en pobreza extrema, violencia intrafamiliar, alcoholismo, drogadicción, riñas, asesinatos y desaparición de los hijos.
El caso que detonó la bomba fue el hallazgo del cuerpo de una niña de seis años enterrada de manera clandestina, sin embargo, este sería solo el principio de las estadísticas de atención de la Célula de Reacción Inmediata de la Policía Municipal.
Durante el 2022, en esa sindicatura dividida entre dos municipios y cerca de 28 mil habitantes, se dieron 76 atenciones, mientras que en este 2023 ya van 22, entre otras atenciones se ha dado el de dos extravíos, dos sustracciones y tres decesos de menores de edad, estos últimos por problemas de salud como desnutrición y neumonía, además, se han trasladado a hospitales a más de 80 niños y se ha dado auxilio a mujeres embarazadas, dos de ellas por preclamsia.
Y es que son personas que en esta “normalidad” viven amontonadas en cuartos de tres metros por dos, familias enteras con otras más, compartiendo espacios divididos muchas veces solo con cobijas que sirven como falsas paredes por lo que las niñas y niños son testigos frecuentes de violencia cotidianas en la que en muchas de esas veces son las víctimas principales, al estar presentes cuando sus padres, hermanas o hermanos tienen relaciones sexuales o cuando hay abusos y violaciones sexuales contra otras mujeres.
Esto, aunque no es nuevo, ni exclusivo de esta sindicatura, obligó a los gobiernos del estado y municipio a realizar una especie de “operación rescate” sin embargo, la zafra ya está por terminar y el problema quedará finiquitado, hasta el año siguiente.
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Mientras tanto, la Secretaría del Bienestar y Desarrollo Sostenible de Sinaloa, en coordinación con dependencias municipales habrían entregado cuatro mil 444 apoyos; entre estos, 250 colchonetas, 50 abanicos, 290 catres, 700 despensas, 250 cobijas, 150 kits de limpieza, 50 kits de aseo personal y 888 litros de agua purificada.
Además iniciaron un diagnóstico de la situación por lo que encontraron que muchos de los menores no tienen registro de nacimiento, la mayoría viene de Chihuahua y son de la etnia Tarahumara.
Las autoridades también iniciaron con la rehabilitación de un albergue que había estado abandonado desde hace 10 años, con serias cuarteaduras en las paredes y techos y ahora, el gobierno municipal presumió que se reinstaló el drenaje, agua potable, electricidad, hicieron una limpieza general, se arreglaron baños, cocina y otros espacios.
“La unidad está desgastada por el tiempo, pero se le va a invertir y esperamos que para el día lunes (27/marzo) podamos estar habilitando, ya quede listo para que las personas que deseen estar aquí lo hagan y que puedan estar en mejores condiciones” señaló Cuitláhuac González, secretario de Salud en Sinaloa el día 22 de marzo.
Sin embargo, Milenio acudió la mañana del 29 a dicho albergue y se encontraba solo, sin empleados, ni jornaleros, la puerta amarrada con un alambre, la luz “puenteada” de manera clandestina y sin medidor, catres y despensas embodegadas en cuartos solos, un inmueble en abandono que se pintó solo para la foto del alcalde, pero que no está funcional.
De acuerdo con Información proporcionada por la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (CAADES), aproximadamente 200 mil personas son empleadas en Sinaloa para las cosecha de hortalizas, 150 mil de estos jornaleros provienen de otras entidades del país como Oaxaca, Guerrero, Chihuahua, Guanajuato, Zacatecas, Michoacán, Veracruz, Durango, Chiapas, Baja California, Durango, Nayarit, Estado de México, Morelos, Coahuila, Querétaro, Jalisco, Puebla y Guatemala.
Según Margarita González, síndica municipal en ese poblado, tres mil de estos jornaleros llega a la sindicatura para trabajar de septiembre a abril, algunos hasta mayo, asentados en unos 30 predios conocidos como cuarterías y trayendo consigo usos y costumbres muy diferentes a los de Sinaloa.
“Toda esta situación es parte de la cultura de ellos, es parte de cómo se manejan entre sí mismos. Yo se los he mencionado, si, será muy normal, será muy parte de su cultura, pero están ahorita dentro de nuestro territorio y como autoridades de esta localidad, obviamente tenemos que proporcionarles unas estadías dignas, desafortunadamente se salió de control la situación debido a la gran cantidad de jornaleros que últimamente nos han visitado. Ya tenemos un pequeño antecedente de descontrol ya que la gente se estaba quedando en las plazuelas, entonces a nosotros no se nos hacía lógico que hubiese tanto jornalero prácticamente durmiendo y viviendo en la plazuela” dijo.
Sueldos de 300 y 500 pesos diarios
Uno de estos jornaleros es Ramón, un hombre que viene de Torreón, Coahuila, de trabajar en la cosecha de chile, pero es oriundo de Delicias, Chihuahua, y cuando termine la actual, se trasladará a Sonora, en busca de nuevo trabajo.
Él viene solo, pues su esposa se quedó a cargo de sus tres hijas que van a la escuela y nos cuenta que el mejor trabajo es cosechando papa, pues ganan entre 300 y 500 pesos diarios, con un horario de ocho de la mañana a las tres de la tarde aproximadamente, es un sueldo semanal de mil 500 a dos mil 500 semanales, muy lejos de los “sueldos de hambre” que se han criticado.
“Aquí ando, a veces voy al tomatillo a veces voy a la papa y al chile también, en la cosecha, echándole ganas si gana uno, a veces yo ganó 550, en la papa, al diario, y ya el chile, como que casi no hay chile y pues uno hace unos 300 nada más… A mí me encanta andar aquí, como aquí si gana un poquito más uno y porque en Chihuahua hace un chingo de frío… yo si tengo mi señora, pero haya está en Creel, a veces mando (dinero) tres hijas tengo, ahorita ellas no tienen chanza porque está en la escuela la niña” comentó.
Actualmente, el gobierno del estado entrega alrededor de mil 500 comidas a jornaleros que, a las 16:00 horas recogen frente a las instalaciones de la sindicatura municipal al llegar de los campos agrícolas donde laboran, eso sí, llevados en los mismos camiones que los transportan a trabajar, pues de otra forma, no se acercan.
La tarea, es que la crisis no se recrudezca más y, según el síndico municipal, trabajar en la regularización y acondicionamiento idóneo de las cuarterías de cara a la temporada 2024, sin embargo, esta condición de vida aún está cobrando víctimas, pues el 31 de marzo, una bebé que fue rescatada de las cuarterías de jornaleros agrícolas en Juan José Ríos, Guasave y que fue internada en el Hospital General de Los Mochis, murió siete días después por problemas de desnutrición y un cuadro respiratorio, esta sería la cuarta víctima mortal, todos menores de edad.
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