Es uno de los atractivos de la Huasteca Potosina más reconocidos a nivel internacional, pero nuevamente está a punto de quedarse sin agua. Se trata de la “Cascada de Tamul” ubicada en el municipio de Aquismón, en la colindancia con Tamasopo.
La cascada se forma cuando el Río Gallinas cae desde 105 metros de altura, sobre el afluente del Río Santa María.
Ambientalistas y prestadores de servicios turísticos llevan años denunciando ante la Conagua que la cascada se seca durante la época de estiaje debido a que el agua del Río Gallinas es desviada a través de represas, para el riego de miles de hectáreas de caña cultivada.
Aunque las autoridades federales, estatales y locales cada año realizan mesas de trabajo junto a los cañicultores para establecer “calendarios de tandeo de riego”, la mayoría de los acaudalados productores del campo no respetan dichos acuerdos, y las consecuencias están a la vista.
Durante la década reciente, uno de los cuatro ingenios azucareros de la región pasó de procesar 17 mil hectáreas de caña, a 30 mil hectáreas, cada temporada de zafra.
Hoy, a un mes de las vacaciones de Semana Santa, los turistas nacionales y extranjeros ya han comenzado a arribar a la Huasteca Potosina, pero de la imponente cortina de agua que vieron en fotos o videos, sólo queda un “chorro”.
ledz