Después de una semana marcada por la violencia en el oriente del estado de Michoacán, 500 efectivos tanto federales como estatales arribaron para pacificar esa región.
Esto porque en los municipios de Tlalpujahua, Tuxpan y Zitácuaro se han registrado balaceras con un saldo de al menos 10 muertos.
Uno de los hechos más relevantes de los últimos días tuvo lugar en Tlalpujahua, en donde un grupo delictivo presuntamente mató a tres policías estatales. La agresión obligó a los tres órdenes de gobiernos a desplegar un operativo de seguridad, para frenar la ola de violencia e inseguridad.
Y al respecto, el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, emprendió su primera acción en contra de la delincuencia organizada, y ordenó restablecer el orden público.
De manera coordinada los gobierno estatal y federal, enviaron a la región del oriente policía, guardias nacionales y soldados.
Textualmente, el secretario de seguridad Pública, José Alfredo Ortega Reyes, dijo que “la pacificación de Michoacán es un gran desafío que inició ya”.
La violencia en los municipios de Tlalpujahua, Tuxpan y Zitácuaro, se le atribuye a células delictivas que se dedican a la venta de drogas y a la extorsión.
KGE