En cinco años se quitan la vida 15 niños en Tamaulipas

Suicidio infantil, uno de los rostros más crudos de la crisis de salud mental

El suicidio no es exclusivo de la población adulta ni de una condición socioeconómica en especial. (Especial)
Cristina Gómez
Tampico /

Quince infantes de 10 a 14 años de edad tomaron la decisión de quitarse la vida en los últimos cinco años en Tamaulipas. El suicidio en la niñez es uno de los rostros más crudos de la crisis de salud mental, advierten especialistas que insisten en visibilizar y atender esta problemática.

De 2019 a 2023, quince voces infantiles en ese rango de edad fueron silenciadas por el suicidio, una muerte que no es exclusiva de la población adulta ni de una condición socioeconómica en especial.

De estos fallecimientos en la entidad, dos se registraron en 2019, cuatro en 2020, cuatro en 2021, tres en 2022 y dos en 2023, de acuerdo con cifras del Inegi.

Nueve eran menores del género masculino y seis del femenino, niños y niñas que al tener entre 10 y 14 años de edad cursaban apenas grado escolar de primaria y secundaria.

Día de Muertos

La tradición marca que el día 1 de noviembre se recuerda a todos los niños que murieron en forma natural o trágica y estaban bautizados, mientras que en el caso de aquellos menores que no tenían este sacramento, existe la creencia popular de que sus almas llegan el 30 y 31 de octubre.

En opinión del psicólogo Ricardo Flores, “la crisis de salud mental en México tiene en los suicidios infantiles uno de sus rostros más crudos, sin embargo, son muertes que muchas veces no se dan a conocer para no alarmar a la sociedad”.

Subraya que son las ausencias más dolorosas porque se trata de seres humanos que apenas comenzaban a vivir, pero en la medida que no se visibilice y atienda esta problemática, más vidas de niños y adolescentes van a seguir perdiéndose por la falta de autocontrol emocional y de políticas públicas adecuadas.

“Los niños y las niñas de entre 10 y 14 años son un grupo de edad muy vulnerable y tienen que ser observados tanto en casa por su familia como en la escuela por sus maestros, para detectar cualquier cambio de conducta o actitudes que pueden interpretarse como señales y a la par debe haber programas o protocolos gubernamentales para cuando se prendan esos focos rojos”.

Reiteró, se les tiene que detectar y brindar apoyo, primero reforzando la comunicación entre padres e hijos y después acercando las herramientas necesarias en terapias psicológicas con especialistas del sector público o privado, además de realizar actividades que les permitan reforzar su autoestima y tener un buen manejo de sus emociones.

“Después el hubiera no existe y será un suceso irreversible, hay que actuar a tiempo”, finalizó el experto.

SJHN

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