Como premonición de un futuro que la alcanzó, Bianca Alejandrina Lorenzana Alvarado, manifestó desde hace meses el miedo que tenía de salir de casa por la inseguridad.
“Tengo miedo de salir de casa y no volver a ver a mi mamá” escribió, a través de sus redes sociales.
Y así fue, su peor pesadilla se hizo realidad al tiempo que se truncaron sus sueños y todos sus anhelos. Quizá el más grande, ser cantante.
Los últimos momentos de la joven con vida, se registraron después del mediodía del pasado sábado 7 de noviembre, cuando fue a vender un vaporizador electrónico, a un sujeto identificado como “Badal”, en calles del fraccionamiento Vista del Real de la Supermanzana 252 de la ciudad de Cancún.
Al otro día por la noche, sus restos fueron encontrados, en pedazos dentro de bolsas negras, a dos kilómetros de su vivienda en la colonia La Joya.
Bianca Alejandrina, 'Alexis' como sus amigos le llamaban, fue una víctima de lo que siempre criticó y combatió: las agresiones por razón de género y los feminicidios.
Sus amigos, cuentan que a sus 20 años ya era una líder nata que no se calló ante las injusticias.
“Hagamos memoria de Bianca, memoria de Alexis como lo que fue: Esa chica que nunca se doblegó. Esa chica que siempre salir adelante” , expresó durante su velorio, Adrián carrillo, maestro y amigo de la joven.
El profesor del escuela Kukulcán dónde Alexis estudio la preparatoria, definió a la joven como “un alma crítica, valiente y rebelde contra el machismo y el abuso hacia las mujeres”.
Dice que Alexis se vestía de negro cuando lo consideraba necesario, y portaba pañoletas verdes y moradas porque era una mujer que no envidiaba.
“Bianca lo hubiera quemado todo si ella no hubiera sido la víctima”, dijo Hanna a quien consideraba su hermana. Una hermana menor a quien siempre cuidaba.
“Voy a extrañar escucharla cantar nuestras canciones favoritas, salir a patinar juntas; desayunar juntas... realmente voy a extrañar de ella, todo”.
Algunos amigos quienes prefirieron permanecer en el anonimato se reclamaron y definieron como “ciegos” o apáticos ante algunas publicaciones en las redes sociales de Bianca, que sospechan, pudieron dar alguna pista de que se sentía insegura.
“Quizá daba señales de que algo raro le pasaba. No le pregunté nada”, lamenta un joven con quien dice estudiaba.
Era febrero cuando Alexis escribió:
¿En dónde comienza y en dónde termina la fragilidad de una mujer, según nuestra sociedad?, ¿Qué los ha llevado a sentirse con el derecho de tomar nuestros cuerpos y almas con la facilidad con la que recoges una roca del suelo?, ¿Es acaso que eso somos? Objetos sin vida, sin voluntad ni sentir, sin pensar ni soñar. ¿Quiénes son ustedes para creer que pueden arrebatar sueños ajenos por propio placer o dinero?, ¿Acaso no merecemos más que una tumba en un basurero, en un terreno baldío o a un lado de la carretera? ¿Acaso no merecemos más que un par de dólares?, ¿Somos equivalentes a unos kilos de carne muerta?.
Alexis tenía el gusto por el canto, sus maestros dicen que destacaba por su gusto por la lectura, la escritura y sus notas contra el feminicidio. Era única por sus tatuajes y sus piercing, pero sobresalía más por sus ganas de salir adelante.
Hoy se sospecha que un conocido al que llaman “Badal” pudo estar involucrado en su desaparición y asesinato.
ledz