Es probable que esta nota traiga consigo algo de nostalgia, sobre todo para muchos laguneros que lograron ser afortunados de vivir la euforia que despertó el personaje de La Tía Soraya en los 90, sección que se publicó durante más de 20 años, primero en La Opinión de la Tarde, luego en Extramex y finalmente en el Express.
La exitosa sección arrancó su publicación en 1994, justo cuando las redes sociales o las aplicaciones, ni siquiera cruzaban nuestra mente.
Su objetivo principal, era formar conexiones que podrían llevar a los interesados a encontrar a su media naranja, y mientras algunos sólo deseaban contactar con gente para iniciar una bonita amistad, había muchos otros que anhelaban una relación formal, incluso para llegar al altar.
Los primeros años que comenzó a publicarse la sección de Corazones Solitarios, atendida por La Tía Soraya, los interesados podrían comunicarse vía telefónica con ella de lunes a viernes de 10:00 de la mañana a 1:00 de la tarde, tres horas sin descanso alguno, tiempo en que todos los sobrinos saturaban las líneas del periódico para obtener los datos de la persona que los había flechado, gracias al mensaje que publicaban.
¿Cómo se conseguía pareja con la Tía Soraya?
Todas las personas que deseaban anunciarse con Tía Soraya y poder lograr una buena respuesta para conocer a su amigo, amiga o media naranja, la dinámica era la siguiente: a través de una carta, escribían una breve historia en la que se describían, por ejemplo, "Estimada Tía Soraya, gracias por publicarme en su bonita sección. Soy caballero de 60 años, viudo, pensionado, moreno, de mediana estatura y delgado, me gusta mucho ir al cine y divertirme sanamente, me gustaría encontrar una dama acorde a mi edad, sin compromisos, que no juegue con los sentimientos, de preferencia que sea de tez blanca, para formar una relación seria, interesadas, hablen con la Tía, ella les pasará mis datos personales, gracias", atentamente Acuario 21.
Era numerosa la correspondencia que le llegaba a la Tía Soraya, en aquel entonces, de las cartas que recibía, elegía entre siete u ocho para publicar, y algo interesante es que los sobrinos, de edades desde los 18 hasta los 70 años, utilizaban seudónimos, algunos optaban por su horóscopo acompañado de un número y otros preferían identificarse con algún apodo, ya que de este modo se protegía y encubría la verdadera identidad de quien estaba en la búsqueda.
Cabe destacar que los fieles lectores de la sección, no se limitaban sólo a personas que radicaban en la Comarca Lagunera, sino que interesados que se encontraban de visita, tanto de otras ciudades de la República Mexicana como de otros países, no dudaban en mandar su publicación, y las personas que se interesaban en los foráneos, se comunicaban con ellos y se ponían de acuerdo para conocerse antes de abandonar La Laguna, o bien, existieron algunas que decidieron dejar esta ciudad para irse con el sobrino y probar suerte en su lugar de origen, dejando todo en manos de Dios.
Al paso de los años, la sección aumentaba su demanda, la correspondencia se desbordaba en los cajones del escritorio de la Tía Soraya.
Y como en todo, así como había gente de buen corazón, que deseaba encontrar una pareja para formar una bonita familia, existía otra no tan buena, que su deseo era destruir hogares estables, ya que hubo gente que aprovechó la dinámica de enviar cartas a la Tía, y mandaban algunas con datos de personas que contaban con una familia estable para meterlos en problemas.
Al ver estas situaciones que ponían en peligro la estabilidad de algunos matrimonios, se cambió de estrategia, y para inicios del año 2000, se decidió que todo aquel interesado que quisiera salir publicado, tendría que hacerlo, ya no a través de una carta, sino hablar directamente con la Tía Soraya, y pasarle el relato de su publicación, así como su teléfono particular, para que se comunicaran, no sin antes la Tía verificar marcando al número que proporcionaban, para ver si verdaderamente se trataba del interesado. Fue de ese modo que la sección siguió su curso y con el éxito de siempre.
La emoción de la Tía Soraya aumentaba al ver la excelente respuesta de sus seguidores, y más cuando le hablaba alguno de sus sobrinos, para anunciarle que en breve contraería nupcias con la mujer o el hombre de sus sueños.
El cariño que logró ganarse la Tía por parte de sus queridos sobrinos, como ella les decía, fue grande, ya que en cada carta que recibió y en cada llamada que contestaba, le demostraban un verdadero agradecimiento, por convertirse en el cupido perfecto que necesitaba su corazón para ser flechado por el hombre o mujer de su vida.
Existieron sobrinas y también sobrinos, que al borde de la desesperación y las lágrimas, ya sea porque les había ido mal en sus relaciones pasadas, le hablaban para pedirle consejos, por lo que la Tía se armaba de valor y se apoyaba de alguna manera de su psicología interior, para decirles las palabras precisas que requerían escuchar.
Todo evoluciona y los cambios siempre son buenos para todos, la Tía Soraya comenzó a tener más compromisos laborales dentro de la empresa, y se vio en la necesidad de reducir los días de publicación y horarios, por lo que comenzó a atender las llamadas lunes, miércoles y viernes, de 2:00 a 4:00 de la tarde.
Los sobrinos se fueron acostumbrando a los nuevos días y horarios, siempre mostrando un agradecimiento por ser atendidos por su amable Tía Soraya, por lo que no dudaban en mandarle algún obsequio como flores, cartas, accesorios, entre otros detalles.
Todo tiene un ciclo, y lamentablemente el de la Tía Soraya finalmente concluyó, muchos de sus fieles seguidores no lo asimilaban, el teléfono seguía sonando para preguntar por algún seudónimo, o bien, querían saber cuándo estaría de regreso la Tía, esa querida Tía que vivió momentos muy gratos, a lo largo de más de 20 años de estar al pendiente para que esos corazones no estuvieran solitarios y que fueran verdaderamente felices al lado del amor de su vida, bellos recuerdos que se quedarán por siempre en el corazón de muchos.
EGO