El reflejo de la vida cotidiana sobre un pasado lejano pero deseable se observa en las artesanías provenientes de Querétaro que se exhiben en la Expo Tlaqueparte. Las manos de Ricardo Ávalos Castillo reproducen palomas con un estilo que recuerda un poco al trabajo escultórico de Juan Soriano, aunque sin tanta sobriedad.
Se trata más bien de reminiscencias sobre los zaguanes donde las abuelas colocaban las jaulas con los canarios y las macetas con rosales y geranios. Esa belleza se ha perdido, la vida moderna la consumió. Y es por ello que al intentar recuperar el tiempo, las mujeres hermosean sus viviendas, ahora con artesanías que rondan por esos vuelos; de pájaros en jaula, campanarios, maceteros y muchos corazones de cristal que parecen estar encendidos por dentro, llameando la hermosa vida.
“En Querétaro hacemos artesanías, digamos de vanguardia. Es atípica porque tratamos de que los objetos que se usaban antiguamente, y se siguen usando ahora pero ya como una decoración, ya no de uso sino algo estético. Por ejemplo tenemos esa plancha antigua que se le ponía carbón y ahora se usa como maceta”, comentó el propietario de la empresa familiar “Arcilla Mexicana”, que maneja sus redes con el mismo nombre.
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Los acabados son en extremo pulcros, pulidos, de tal suerte que se adaptan a cualquier tipo de decoración dentro de un domicilio, sea modernista o colonial. Ricardo así nos hace voltear a ver con maravilla las casas de las abuelas que aún con tinas de metal, tomaban agua para regar sus plantas.
“Los colores que manejamos son pigmentaciones que hacemos nosotros y es un rojo quemado, un chocolate y un blanco arena. Da la impresión de que las cosas son de fibra de vidrio tanto la arena como la arcilla y manejamos lo que es arcilla, bronce y vidrio soplado”.
Si uno puede perderse en los recuerdos, también lo hará con los corazones de vidrio que con sus rojos encendidos, azules marinos y blancos de nieve, de los cuales cuelga la medalla de San Benito, iconografía relacionada con San Benito de Nursia, y que es usada por los creyentes católicos, anglicanos y en algunas comunidades luteranas, los metodistas y ortodoxos de occidente
Como reconocido símbolo de apertura de puertas y caminos difíciles, la medalla mantiene un mensaje para quienes creen que tiene el poder de combatir al mal. En el reverso mantiene grabada la frase Vade retro satana, una fórmula católica de origen medieval.
“El pigmento del corazón va dentro del vidrio y no se le puede despintar y también traen una simbología religiosa para la gente que anda buscando protección, la protección de San Benito, o un llamado de ángeles o cosas parecidas. Si lo quiere ver como simple decoración, es un corazón de vidrio soplado. Les hacemos un llamado a que vengan para que vean la propuesta que hacemos, tal vez les guste o no pero de que es original, lo es”.
Ricardo Ávalos Castillo tiene un cuarto de siglo haciendo su artesanía, en verdad llamativa porque aunque pueden considerarse como un clásico, apuntó, se innova por lo que siempre podrán cosas nuevas.
La pared de su módulo se encontró casi vacía este domingo. La gente de Torreón abrazó su propuesta en la Expo Feria de Torreón. Él se dice agradecido con la ciudad y con la gente que compró sus piezas a precio de taller. Él recordó que el primer día una personas se llevó al menos once corazones. Y luego volvió por más porque quería su pared como la que tenían en el exhibició.
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