De México o del extranjero, la nueva generación de artesanos impone una visión moderna a productos que históricamente realizaron sus ancestros en sus pueblos originarios.
Hoy estos jóvenes enriquecen la producción de artesanías tradicionales, dando un nuevo brillo a sus pueblos, inyectando un sentido de innovador, fresco a sus diseños y acabados, que no sólo le da ese valor agregado, sino que ya empiezan a ser reconocidos internacionalmente obteniendo diferentes premios, no obstante y que en México y el mundo, el oficio de artesano está lleno de retos frente a la falta de apoyos y la importación de seudo artesanía asiática.
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Taller y Galería Tati Ortíz
Dentro de esta nueva generación de artesanos se puede mencionar a Tati Ortíz López y el taller galería que lleva su propio nombre. Originario de la localidad de Juan Mata Ortiz, cerca de Casas Grandes, Chihuahua, Tati Ortíz López, es un joven de 34 años de edad que adquirió el gusto y la pasión por las artesanias de la cultura Paquimé desde los 14 años en que se involucró con sus padres trabajando ollas y vasijas de barro típicas de esta comunidad. Gracias al conocimiento que heredó de sus padres y a su inquietud por imprimir su propio estilo, se independizó y fundó el Taller y Galería Tati Ortiz, que hoy destaca de los más de 200 talleres familiares que existen en esta comunidad.
Ofreciendo un diseño innovador y contemporáneo a las tradicionales ollas de barro de Paquimé, sus diseños fueron elegidos para representar a Chihuahua en un concurso internacional realizado en Estados Unidos, en dónde presentó esferas gigantes con los tradicionales diseños geométricos que realiza a mano en ollas e incluso en vasos térmicos, atendiendo nuevos mercados.
“Estamos ofreciendo arte contemporáneo, ornamenmtal, para oficinas, salas, comedores, adornos en general. Ahora estamos introduciendo innovación con diseños en los termos Yeti, con pintura bicapa automotriz, dándole una visión utilitaria”.
“Todo es hecho por nosotros mismos, los materiales los encontramos en la comunidad de Juan Mata Ortíz, que permite extraer todo el material para hacer estas artesanias”. Cuestionado en torno al trabajo de innovación, Tati explica que se enfocan en realizar combinaciones, para ligar pintura con barro.
El barro es puesto en un plato de yeso, no en un torno. Ahí se tritura, se remoja, se pasa al lavado con velo, con el objetivo de que adquiera composición de plastilina. Entonces se da la forma de la pieza, ya sea amorfa o esculturas de animales en tercera dimensión o la forma que se desee.
Luego sigue el proceso de secado que puede ir de tres dias a quince dias, dependiendo del clima. Se lija la pieza para quitar las imperfecciones, pasa al proceso de pulido con diferentes aceites.
Luego se pasa al decorado en donde se utiliza la creatividad del artista, dependiendo de los colores y diversas tonalidades. Sin embargo, aunque pudiera pensarse que la pieza está lista, el último proceso es el definitivo, ya que la pieza tiene que pasar por fuego, en donde la pieza suele quebrarse o agrietarse por la calidad de la arcilla. Las que se salvan, son las que tienen la mayor calidad para poderse comercializar.
Quien concluyó la carrera de Mercadotecnia, señala que gran parte de su mercado estuvo compuesto por pensionados americanos; sin embargo de un tiempo a la fecha son los jóvenes quienes están solicitando las piezas de la cultura Paquimé.
Como respuesta al auge que está teniendo, recientemente el trabajo su Taller Galeria que fue elegido para representar al estado de Chihuahua y representar a México en Chicago, Estados Unidos, a donde llevó esferas gigantes de fibra de vidrio, decoradas con pinturas bicapa, esferas de dos y un metros de diámetro con diseños propios inspirados en la cultura de su pueblo; trabajo que también derivó pintar vasos térmicos y acercar asi a nuevos publicos.
“Para pintar los diseños en los utensilios de barro, y en los termos, utilizamos cabellos humanos, de ocho a diez cabellos, para dar los trazos finos de los diseños geométricos que son característicos de mi marca”.
En su pueblo hay alrededor de 200 artesanos, el taller es la casa de cada uno. Jan Mata Ortiz, se ubica al noroeste del estado de Chihuahua, a cuatro horas al sur de Ciudad Juárez y a cuatro horas de la capital de Chihuahua.
“Frente a todos los retos que representa ser artesanos, lo que queremos es buscar algo bueno para nuestra comunidad Juan Mata Ortíz que en los años setentas se dedicó a los aserraderos por los pinos, agricultura y ganaderia”.
Luego se encontraron vestigios de ollas de los antiguos pobladores de la zona. Es una comunidad de alrededor mil 500 a dos mil habitantes, muy pintoresca. Cuenta con una estación de ferrocarril, un puente de fierro antiguo, hay galerías, hoteles, en las casas.
“Hemos obtenido los tres premios más fuertes de mi pueblo: Galardón, Excelencia y Primer lugar de Grandes Maestros. Me emociona mucho este oficio, todo el día estamos plasmando lo físico y emocional. En cada olla dejamos las huellas dactilares, mucho tiempo de nuestras vidas, creatividad, pensamientos. Hay reuniones familiares a las que no podemos asistir. Si es un tema de mucho sacrificio, pero sobre todo de mucha satisfacción”.
Tonalá, cuna de la Cerámica con alto relieve
Otro representante de la artesanía mexicana lo representa la cerámica con alto relieve, hecha en Tonalá, Jalisco. Entrevistado de igual manera en TlaquepArte, Macario Covarrubias Murguía, desde hace años trabaja la cerámica de alto relieve, manejando esmaltes blancos, negros y de colores, reactivo quemado y color mate.
En su haber, han obtenido alrededor de doce premios, entre ellos el de Diseño en FONART, con una trayectoria de 35 años.
“Nuestro proceso es Alto Relieve, hecho a mano y pintado a mano, es como trabajar escultura y pintura, el proceso de elaboración de cada pieza dura alrededor de un mes, ya que requiere del vaciado, colocación de apliques, dos quemados, entre otros procesos".
En la actualidad, están atendiendo el mercado nacional y el extranjero: “Tenemos una comunidad de clientes de vive en el Pueblo Mágico de Ajijic, cercano Chapala, Jalisco que les gusta mi obra. Mandamos obra a Arizona y Texas”.
Si bien antes exportaba el 99% de su producción a Estados Unidos, pero luego de las Torres Gemelas, todo el mercado hoy es nacional, ya que además se dedica a hacer artesanias para casas, como murales, fuentes y arreglos para sus casas.
Quien fuera el director del Museo Nacional de la Cerámica en Tonalá, asegura que el trabajo artesanal está nuevamente siendo valorada por el público en general y por las nuevas generaciones.
“Yo creo que va a llegar el momento en que se le devuelva su valor al artesano, aunque ocupamos mucho la ayuda de los gobiernos. En Japón el artesano es un maestro, una eminencia. Antes en Tonalá el ver a un artesano era ver a una gente pobre o mediocre, por eso los hijos no quieren ser artesanos. Pero está cambiando la cultura. Por lo que llegará el momento en que esta gente querrá piezas exclusivas de los verdaderos artesanos con un toque de innovación".
Agregó: “Todo los productos chinos están completamente hechos en fábrica, que son hasta mil piezas, pero lo que manejamos los artesanos son piezas únicas, cada pieza tiene el ánimo, carisma, nuestros deseos y emoción. El diseño mexicano es increíble, son nuestras tradiciones y costumbres, pero no es lo mismo. Nuestro diseño hecho a mano, es cálido".
En Europa, Francia, Italia, entre otros países, les gustan mucho los productos hechos a mano. Les gusta más lo rústico.
La artesanía cubana oficio generacional
El oficio del artesano en Cuba, ha sido para Michel Herández de 34 años un orgullo por la formación de vida inculcada por su padres y que hoy, él transmite a su propia familia. Su trabajo no sólo destaca por el uso de 18 tipos de maderas para crear esculturas, juguetes, muebles y diversos artículos utilitarios.
Según comenta, los lagueros son muy parecidos a la gente de Cuba. Su carácter, alegría y espontaneidad e incluso el clima es muy similar a lo que se vive en la isla; apasionados como dice son los lagueros, muestra Michel al contar como la artesanía forma parte de su ADN, que comenzó a ser lo primero que vio al nacer en Ciego de Ávila, municipio Ciro Redondo, ubicado en la parte central de la isla de Cuba, donde se ubica el taller familiar.
“El oficio de los artesanos en Cuba es una profesión real que es reconocida por el Ministerio de Cultura, ya que toda la producción se vende al turismo; nosotros hacemos artesanias, muebles, trabajamos en la restauración de edificios antiguos”.
Según cuenta Michel, el negocio familiar ha obtenido premios internacionales, reconocimiento otorgado por el Consejo Mundial de Artesanía. “Tenemos reconocimientos nacionales, no somos ricos, pero vivimos, y hemos obtenido el derecho que el Ministerio de Cultura nos permitió llegar acá a México”.
“Esto me apasiona. Mi papá tenía un estilo que nos enseñó,pero conforme pasan los años hemos perfeccionado la tecnica, los colores, movimientos, sistema de diseño, es inevitable".
Las herramientas eran hechas con sus propias manos, pero ahorita son equipos industriales, dando más eficiencia en el resultado de las piezas.
En su producción artesanal se encuentran desde un anillo de madera, de tarro, hueso, de madera, con alpaca; o una réplica de un tren pieza por pieza de metro de largo. De los más solicitados, son los carros antiguos, Ford, Chevrolet, Cadillac; y asegura que en Cuba sólo ellos son los únicos que hacen este tipo de trabajo, con la combinación de maderas.
“En Cuba, todas las provincias tienen un distintivo del producto que le da identidad a cada región. Con este estilo solo nosotros tenemos el distintivo en Ciego de Ávila, municipio Ciro Redondo. Tenemos el reconocimiento provincial “Joya Cultural”, por los trabajos que hacemos. Mi papá lleva muchos años batallando, quizás diez, luego nosotros nos incorporamos. Tenemos premios internacionales, nacionales, y provinciales”.
Según explica la mayoría de la gente en
Cubason personas emprendedoras en el tema de manualidades, hacer artesanías. Hay personas que nacen con el talento, pero otros tienen que trabajar para alcanzar cierto nivel”, explicó.
Los artesanos en el mundo tienen que ser apoyados
Las autoridades gubernamentales deben establecer programas de apoyo y financiamiento para robustecer la industria de la artesanía no sólo en México, sino en diferentes países de Latinoamérica y el mundo; o de lo contrario, la vulnerabilidad con la que se encuentran, pudiera poner en riesgo de extinción a este sector tradicional.
Carlos Maytorena Martinez, presidente de la Asociación Expo TlaquepArte, destacó que la industria de los artesanos, no sólo en México, sino en todo el mundo, ha estado lleno de retos que hay que atender.
Cabe recordar que la Exposición latinoamericana de artesanía, joyería, regalo y decoración TlaquepArte es organizada por la Asociación latinoamericana para el fomento del folklore y la artesanía A.C., con el objetivo es promover la comercialización y el gusto por la artesanía, joyería y artículos decorativos fabricados por los artesanos mexicanos e internacionales de más de 20 países en el mundo, por medio de exposiciones en diferentes regiones de México y el extranjero, en los cuales sus expositores viajan desde su país de origen.
“Tenemos que ser competitivos, lo hecho a mano también tiene que ser competitivo a nivel internacional, pero obviamente la piratería y la falsificación de los productos artesanales por paises como China, que trae productos hechos a grandes escalas pero a precios muy bajos, pero no le dan el valor de lo hecho a mano”.
En cuanto a la labor que se debe hacer para darle la formalidad necesaria a esta actividad, Maytorena Martínez reconoció que éste sigue siendo un problema que se tiene que ir resolviendo con las autoridades nacionales.
“Nosotros como asociación estamos fomentando que sea el precio justo y precio preferencial hacia los artesanos, porque si necesitamos fuertemente apoyo”.
Sin embargo precisó que ésta es una situación que no sólo debe atender el gobierno mexicano, es una situación internacional, que los diferentes gobiernos tienen que voltear a ver al artesano y apoyarlo.
“Al terminar la administración federal pasada, FONART hizo diferentes exposiciones lo que sirvió de apoyo a los artesanos, pero esta se realiza una o dos veces a nivel anual, luego hacen concursos en donde se fomenta la participación de los artesanos, para tener más calidad, pero creo que puede haber más esfuerzos”.
Punto y aparte merecen aspectos como el financiamiento, la capacitación de los artesanos, educación mayor a los artesanos y sus familias, así como el aprendizaje de nuevas técnicas que permita dar mayor innovación al producto, pero manteniendo sus esencia tradicional de lo hecho a mano.
“No creo que sea una actividad en peligro de extinción, pero hay que seguir fomentando, apoyando y valorando. Tenemos que ayudar a que continúe esta actividad, dado las plataformas comerciales para poder vender. Puede ser a través de plataformas comerciales, exposiciones, foros artesanales, entre otros”, finalizó.
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