El asesinato del sacerdote católico Marcelo Pérez conmocionó a la comunidad de San Andrés Larrainzar, Chiapas, y generó una serie de investigaciones y reacciones tanto a nivel local como nacional.
La muerte del párroco, conocido por su trabajo en la defensa de los derechos humanos y su labor pastoral entre las comunidades indígenas, puso de relieve la creciente violencia en el estado y la presencia de grupos pertenecientes al crimen organizado en la región.
La Fiscalía General del Estado (FGE) de Chiapas informó sobre la detención de Edgar "N", alias El Kalimba, presunto autor material del asesinato del padre Marcelo Pérez.
El comunicado detalló que, gracias a las investigaciones de campo y gabinete, se logró capturar a uno de los responsables, quien presuntamente fue el autor directo de los disparos que terminaron con la vida del sacerdote.
Edgar "N" está vinculado con la venta de narcóticos en San Cristóbal de las Casas, especialmente en mercados públicos.
Las autoridades indicaron que sus actividades delictivas incluyen la distribución de diversas sustancias estupefacientes en la región, lo que añade un componente de crimen organizado al caso.
El Kalimba ya contaba con antecedentes penales y fue identificado por su participación en actos de narcomenudeo.
La detención de El Kalimba fue recibida con reconocimiento por parte del gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, quien felicitó a las autoridades de investigación.
Sin embargo, aún no se ha dado a conocer si este sujeto actuó solo o si hay autores intelectuales involucrados, una cuestión que la investigación actual busca esclarecer.
En respuesta, la Fiscalía de Chiapas ejecutó una serie de cateos en barrios y colonias de la zona norte de San Cristóbal de las Casas, en busca de otros posibles implicados en el crimen.
El crimen se produjo el 20 de octubre, cuando el padre Marcelo Pérez fue atacado en el barrio de Cuxtitali, San Cristóbal de las Casas, tras finalizar una misa en la parroquia de Cuxtitali, la cual estaba bajo su cargo.
De acuerdo con la Fiscalía de Chiapas, el sacerdote fue emboscado por dos individuos que se desplazaban en una motocicleta y que dispararon al menos ocho veces contra su vehículo, provocándole la muerte de manera instantánea.
¿Quién era Marcelo Pérez?
Marcelo Pérez, conocido entre las comunidades tzotziles como Jtatik, era un defensor activo de los derechos humanos y de la paz en Chiapas.
En 2021, fue mediador durante el conflicto armado en Pantelhó, donde contribuyó a la pacificación de la zona, marcada por la violencia entre los grupos armados El Machete y Los Herrera.
Este papel le otorgó notoriedad tanto a nivel local como nacional, pero también le valió numerosas amenazas de muerte, que denunció en varias ocasiones ante las autoridades.
La última aparición pública del padre Marcelo fue en septiembre de 2024, cuando participó en la marcha por la paz realizada en Tuxtla Gutiérrez, donde denunció la violencia que aquejaba a las comunidades indígenas y señaló que, tanto él como otros líderes religiosos, habían sido amenazados por su labor social y pastoral.
Último adiós al padre Marcelo
El funeral del padre Marcelo Pérez se llevó a cabo el 22 de octubre en la iglesia de San Andrés Apóstol, en San Andrés Larrainzar, donde cientos de feligreses se reunieron para despedir a quien consideraban no solo un líder religioso, sino también un defensor de las comunidades indígenas.
Durante la ceremonia, los asistentes mostraron su dolor, algunos provenientes de otros municipios como Simojovel, Pantelhó, Frontera Comalapa, entre otros, lugares donde el párroco había desarrollado su labor pastoral y activismo social.
La misa fue presidida por representantes de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, y estuvo marcada por rezos en español y tzotzil, la lengua indígena de la región, lo que reflejó el fuerte vínculo del sacerdote con las comunidades tzotziles.
Flores, velas y música tradicional acompañaron el rito fúnebre, creando una atmósfera solemne y cargada de emoción.
Reacciones de la Iglesia Católica
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) condenó enérgicamente el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez, calificando su muerte como un ataque brutal.
A través de un comunicado, la CEM lamentó la pérdida de un hombre cuyo trabajo pastoral estaba enfocado en ayudar a los más necesitados y en la defensa de los derechos de las comunidades indígenas de Chiapas.
El comunicado también destacó que el padre Marcelo Pérez había sido objeto de múltiples amenazas de muerte, en particular desde que comenzó a denunciar públicamente la presencia de grupos armados y el creciente poder del crimen organizado en la región.
A pesar de estas amenazas, las medidas de seguridad proporcionadas no fueron suficientes para proteger su vida.
El CEM hizo un llamado a las autoridades de todos los niveles de gobierno para que se esclarezca el asesinato del sacerdote y se implementen medidas efectivas para garantizar la seguridad de los sacerdotes y agentes pastorales en zonas de alto riesgo, como es el caso de Chiapas.
Asimismo, se exigió redoblar los esfuerzos para combatir la violencia y la impunidad que azotan a la región.
¿Qué han dicho las autoridades?
La presidenta Claudia Sheinbaum, durante su conferencia mañanera, confirmó la detención de El Kalimba y anunció que la Fiscalía General de la República (FGR) colaborará con la Fiscalía de Chiapas para esclarecer el crimen y asegurar que no quede impune.
Sheinbaum destacó que es crucial que ambas dependencias trabajen en conjunto para evitar que la investigación se vea comprometida o fragmentada, y reafirmó el compromiso de su gobierno para combatir la violencia que afecta a la región.
En su declaración, la mandataria subrayó la importancia de que este crimen no quede impune, pues se trata de un acto que atenta no solo contra un líder religioso, sino contra la paz de las comunidades a las que el padre Marcelo servía.
Un estado bajo el asedio del crimen organizado
Chiapas se mantiene como un escenario de un incremento en los niveles de violencia, exacerbado por la presencia de grupos armados y la expansión del crimen organizado.
En diversas ocasiones, el padre Marcelo Pérez denunció la situación de inseguridad que vivía el estado, así como las amenazas de las que él mismo fue víctima.
Una de sus últimas apariciones públicas fue en la marcha por la paz realizada en septiembre en Tuxtla Gutiérrez, donde reiteró sus denuncias y su llamado a las autoridades para intervenir ante la creciente violencia.
El sacerdote se hizo conocido por su trabajo como mediador en conflictos comunitarios, particularmente en el municipio de Pantelhó, donde fue pieza clave para la instauración de un consejo municipal tras la violenta toma de control de un grupo armado local.
Esta participación le generó numerosas críticas y señalamientos por parte de familiares de personas desaparecidas, quienes lo acusaron de tener información sobre su paradero, aunque nunca se demostró su responsabilidad en dichos hechos.
La postura de la Iglesia
A raíz del asesinato del padre Marcelo Pérez, diversas voces dentro de la Iglesia Católica se han pronunciado en contra de la violencia que afecta a Chiapas.
El obispo de la Diócesis de Celaya, Víctor Alejandro Aguilar, fue enfático en afirmar que los sacerdotes no contarán con guardias ni escoltas, ya que, según sus palabras, "Dios nos cuida".
El obispo Aguilar también hizo un llamado a las autoridades a no hacer "la vista gorda" ante la realidad que se vive en estados como Chiapas, donde, denuncian, la delincuencia organizada parece operar con impunidad.
Resaltó la urgencia de tomar medidas concretas para frenar la violencia y evitar más muertes, tanto de sacerdotes como de líderes comunitarios y defensores de los derechos humanos.
Investigación en curso
Hasta el momento, las autoridades han iniciado una carpeta de investigación para esclarecer los detalles del asesinato del padre Marcelo Pérez.
La Fiscalía de Chiapas señaló que las investigaciones continúan con el fin de identificar y capturar a los responsables intelectuales del crimen, ya que se presume que el ataque fue planeado por actores con intereses en la región, dada la postura crítica del sacerdote frente a la violencia y la injusticia social.
Este asesinato dejó un vacío en las comunidades de los Altos de Chiapas, y la exigencia de justicia por parte de los feligreses y la sociedad civil en general sigue creciendo.
Mientras las investigaciones avanzan, la figura del padre Marcelo Pérez permanece como un símbolo de resistencia frente a la violencia que azota a Chiapas.
MO