Saúl Reyes, alcalde de Texistepec, Veracruz, así como policías municipales y habitantes tomaron las instalaciones de la Compañía Exploradora del Istmo, y antes Azufrera Panamericana, que está en custodia de Pemex, para exigir el saneamiento del área, pues acusaron que las empresas que han sido contratadas por la empresa incumplieron con la remediación.
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En los años noventas, la empresa cerró y en su interior ocurrió un grave incendio que contaminó la zona sur del estado, obligando a la evacuación y reubicación de los habitantes de los municipios de Texistepec, Jáltipan y Minatitlán.
Tras el incendio que dañó el medio ambiente, los habitantes iniciaron una batalla legal contra el Fideicomiso Liquidador de Instituciones y Organizaciones Auxiliares de Crédito (Fideliq) para exigir que la zona sea saneada realmente.
Acusaron que la empresa Lindet S.A. de C.V., encargada de la remediación del agua de minas, anegado de azufre y otros compuestos que han hecho infértil la tierra, incumplió con el contrato, por lo que autoridades y ciudadanos decidieron tomar las instalaciones.
El alcalde informó que el Ayuntamiento realizará los trabajos de remediación y dijo contar con el apoyo de diputados y senadores para la movilización realizada este miércoles.
“Aquí estamos viendo que las autoridades del medio ambiente ya nos abandonaron, lo mismo el sector salud, a Pemex y a la misma PGR y ahora se les notifica que el Ayuntamiento se hará cargo; claro, a través de alguna empresa que cumpla con los estándares que se requieren para remediar toda esa área contaminada ”, indicó el presidente municipal.
La toma de la antigua empresa azufrera inició con una marcha que salió del centro de la cabecera municipal, que concluyó en sus instalaciones.
Los manifestantes indicaron que Pemex les había informado que ya no se van a remediar esos terrenos, por lo que decidieron tomarlos y así generar empleos en el municipio de Texistepec llevando a cabo el saneamiento.
Las instalaciones y terrenos fueron asignados a Pemex por el gobierno federal y en 2011 se realizó una auditoría ambiental al predio, detectándose un pasivo ambiental que representaba, entre otras cosas, residuales sólidos de azufre, aguas ácidas e hidrocarburos intemperizados.
RLO
La petrolera asumió como parte de su estrategia de protección ambiental la responsabilidad de eliminar esa contaminación con un ambicioso proyecto de remediación y conservación que rehabilitara la cobertura vegetal y regenerara la biosfera, pero sigue pendiente la segunda etapa a 8 años que debieron haberla realizado.