Posadas Navideñas, tradición que se busca recuperar en Torreón

Desde hace 6 años vecinos de la cerrada Quintas la Merced en Torreón tratan de preservarlas.

Vecinos de Quintas La Merced en una posada (Verónica Rivera)
Adriana Magallanes
Torreón, Coahuila /

Aunque en los últimos años la tradición de las posadas ha ido desapareciendo, aún existen sectores habitacionales en donde los vecinos buscan mantener esta tradición y seguir transmitiendo a las nuevas generaciones en La Laguna.

Desde hace 6 años en la cerrada Quintas la Merced, ubicada al oriente de la ciudad, los vecinos se organizan para llevar a cabo estas tradicionales posadas, por lo que niños y adultos salen a las calles a realizar el recorrido acompañando el misterio de María y José.


Con cantos y rezos los vecinos realizan su recorrido hasta llegar a una de las viviendas a pedir posada en donde luego de ser recibidos se lleva a cabo un rosario.

Al concluir, el anfitrión ofrece una bolsa de dulces y una cena, ya sean tamales, buñuelos, entre otros.

Manuel García Guerrero, ministro de la parroquia de San Martín de Porres y vecino de este sector, manifiesta que desde hace 6 años apoyados por el entonces párroco, Luis Orozco, retomaron las posaditas, con la finalidad de inculcarles a los niños esta tradición.

Asegura que llegando ésta temporada, no hay necesidad de que se convoque a los vecinos, debido a que son ellos mismos quienes empiezan a solicitar la fecha en la que quieren recibir a los peregrinos en sus hogares.

En estas posadas, poco a poco se han ido sumando más personas, pues recuerda que al inicio eran pocos, sin embargo conforme han pasado los años, son más las familias que participan en esta tradición.


Mantener la tradición 


Actualmente en la cerrada en donde se realizan estas posadas, participaron entre 25 y 40 niños y jóvenes que se unen a las posadas diariamente.

Debido a que lo que se busca es fomentar en las nuevas generaciones estas tradiciones, se les pidió el apoyo para realizar las posadas en otras colonias.

“El párroco nuevo le informamos que hacíamos esto aquí y nos dijo que también lo hiciéramos en Santa Elena, en donde también está participando la gente”.

Consideró que para que pueden permanecer estas tradiciones, es importante trabajar desde el seno familiar, ya que si como padres no se preocupan por la parte espiritual, nadie lo va hacer, por lo que es necesario predicar con el ejemplo.

Ana Grimaldo, vecina y administradora de la colonia, asegura que las posadas son tradición que han tratado de inculcar en los niños y es gratificante ver a jóvenes que empezaron pequeños y que aún continúan participando.

Al iniciar el mes de diciembre, es ella quien invita a los vecinos a participar y ser parte de los posaderos, que son los anfitriones encargados de recibir a María y José.

Señala que es importante fomentar los valores en los jóvenes y uno de ellos es lo espiritual, pues desafortunadamente en la actualidad la sociedad vive situaciones complicadas.

“Es muy importante que nuestros jóvenes hoy día tengan cimentados los valores del amor a Dios, vivimos situaciones muy complicadas en la sociedad, las mismas redes sociales los llevan a otros caminos”.

Para los vecinos es muy gratificante ver que los jóvenes que han participado en estas posadas desde niños, continúan con el mismo interés.

Como padres, manifiesta, se tiene la responsabilidad de seguir fomentando estas tradiciones y valores a niños y jóvenes.

Niños y jóvenes también participan en las actividades (Verónica Rivera)



Origen de las posadas


Las posadas son una de las tradiciones navideñas más emblemáticas y representativas en México que tienen un origen católico y dan inicio a la festividad que representa unión y paz entre las familias.

Esta tradición surge en la época colonial para sustituir las festividades aztecas del Panquetzaliztli, quienes conmemoraban en invierno el nacimiento de Huitzilopochtli Dios de la Guerra.

Durante la colonización los frailes agustinos transformaron la festividad pagana a una tradición católica, cambiando la imagen de Huitzilopochtli por la de Marca y Jósé.

En 1587 el fraile agustino Diego Soria obtuvo la aprobación del Papa Sixto V para la realización de las nueve misas de aguinaldo en los días anteriores a la Navidad que iban del 16 al 24 de diciembre.

Para evangelizar, los frailes realizaban representaciones de la Virgen María y José pidiendo posada, representaciones que se realizaban durante nueve días previo al nacimiento de Jesus.

Luis Martín Lugo Cervantes, señala que las posadas al igual que las pastorelas en los países de lengua hispana, fueron un medio de evangelización, ya que fue cómo los primeros misioneros evangelizaron a las comunidades primitivas.

Manifiesta que desafortunadamente han cambiado de sentido estas festividades, pues hoy en día ya no se le llama posada al rito en el que se imitaba a María y José pidiendo alojamiento.

Indicó que es lamentable que en estas generaciones ya no se esté dando esa trasmisión de la fe.

La Navidad en México da comienzo el 16 de diciembre, fecha en la que se lleva a cabo la primera posada durante 9 días, mismas que representan humildad, fortaleza, desapego, caridad, confianza, justicia, pureza, alegría y generosidad.


ACA

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