Desde la antigüedad, brindar un espacio digno a los fallecidos mediante nichos que resguardan restos incinerados de una persona depositados en pequeñas urnas, ha sido una opción de sepulcro que en la actualidad tomó fuerza y va en aumento a comparación de la tradicional sepultura o inhumación en cementerios.
Para inicios de los años ochentas, en Torreón, Coahuila el servicio de cremación no existía entre las opciones funerarias de la época, incluso ni en todo el norte del país. No fue hasta el año de 1985 que don Jorge Serna implementó la modalidad de poder cremar los restos de los finados, y con ello, instalar el primer columbario de la ciudad.
“A nivel de nichos, mi padre (Jorge Serna) fue el primero que puso el servicio de cremación y construyó un espacio de nichos, algo que no había en el norte de México. No había en Monterrey, no había en Chihuahua ni en Saltillo”, compartió Jorge Gerardo Serna García, quien es el director general.
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El negocio de la familia empezó en 1935 sobre la avenida Matamoros y Javier Mina a cargo del señor Gilberto Serna, luego han pasado dos generaciones más que han permitido su expansión del negocio y de sus servicios a otros sectores de la región.
Resaltó que los primeros años de haber implementado la opción de cremación no fue recibida con la mejor demanda en la región, pero al paso de las décadas se ha posicionado por encima de las preferencias en los clientes que deciden sepultar a sus finados.
“En los primeros años de meter la cremación entre los servicios solamente el 15 por ciento se cremaba, y tras casi 38 años, al menos en este negocio hablamos de que la cremación abarca entre un 70 y 75 por ciento de los servicios frente a las inhumaciones”, compartió el empresario lagunero.
Al ser la novedad en su momento, ofrecer nichos en un lugar fuera de un panteón o iglesia conllevó una serie de regulaciones y permisos, que fueron tramitados por el la entonces unidad de Salubridad.
Serna García aún recuerda la primera ocasión que se cremó a una persona para servicio funerario en Torreón, del cual compartió que provenía de la ciudad de Saltillo.
“Mandaron el cuerpo de la capital hacia Torreón en una avioneta especial, se cremó, entregamos las cenizas y se regresaron, porque no había ese servicio ni en Saltillo ni en Monterrey. Todo fue muy discreto”.
Actualmente el columbario de los Serna cuenta con cerca de 400 nichos, todos ocupados, sin embargo han sacado preventas para aperturar un espacio que aumente el número de lugares para colocar las urnas de seres queridos, con la opción de perpetuidad o considerable número de años.
El Columbario de la Parroquia de San José y sus 3 mil nichos
Aunque hay al menos cuatro negocios particulares con columbarios, en su mayoría se ubican en iglesias y parroquias del municipio como centros sacros, entre las que está el de la Virgen del Rosario, de Todos los Santos, de San Judas Tadeo, de la Virgen de la Reencarnación o el del Centro Saulo y Nuestra Señora de Guadalupe.
También hay en las parroquias de la Medalla Milagrosa, Inmaculado Corazón de María, San Juan Bautista, Santa Cecilia, Parroquia de Los Ángeles, San Pedro Apostol, Nuestra Señora de Lourdes, San Felipe, Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, Cristo Rey, Jesús Maestro, entre otras.
Sin embargo, por la cantidad de nichos con los que cuenta destaca el columbario de la parroquia de San José, en la zona Centro de Torreón, conjunto de nichos ubicado en lo profundo del templo, con 3 mil 100 espacios que en conjunto resulta imponente para los visitantes ante la gran cantidad de espacios que alberga.
Al ingresar a esta zona de la parroquia, que queda en la parte baja del templo y del altar, el silencio genera un ambiente de paz y tranquilidad a los visitantes, mismos que pueden permanecer en el sitio y aprovechar la capilla para rezar un rosario o alguna oración.
Cada nicho está numerado, algunos tienen una placa con el nombre de la familia, pocos de ellos conservan una fotografía de los difuntos, una que otra flor colocada en el espacio de 40 por 40 centímetros, que en el fondo puede contener hasta seis urnas si es posible, ya que hay variedad de tamaños y formas.
La historia cuenta que la parroquia de San José de Torreón data de 1884 y que fue de las primeras iglesias católicas de la ciudad, en tanto, aperturó su columbario en el año de 1989, aunque desde años atrás esta iglesia servía como osario, es decir, guardaba restos óseos que eran exhumados para su conservación en la parroquia.
Funerarias laguneras que permanecen al paso de las generaciones
A decir de los integrantes de la familia González, forman parte de un legado funerario que ha llegado a los cien años de historia, luego que a principios de los años veintes el señor Florentino González Díaz pondría una semilla que daría frutos al paso de las décadas y generaciones, al grado de ser un negocio próspero que se mantiene.
Ahora sus nietos son los que están al frente de la funeraria ubicada en la esquina de la calle Jiménez y avenida Matamoros en el Centro de Torreón, misma esquina en la que don Florentino vivió parte de los estragos posrevolucionarios.
Según Juan González, de los actuales encargados, la comunidad china siempre estuvo agradecida con la familia porque su abuelo siempre vio por los derechos de la comunidad asiática que había sido tratada de manera hostil años atrás en la región, al grado de ser víctimas de una matanza. Se dice que cada año recibía un presente de su parte.
“Aquí en Torreón esta funeraria tiene alrededor de 101 años, es la más antigua de la ciudad y ya estamos en la tercera generación pero la cuarta ya no se quiere dedicar a lo mismo”, comentó.
Alza en cremaciones
Aunado a la alza en la demanda de las cremaciones, los costos totales en cuanto al servicio funerario más el lugar en el que va a quedar, resulta más económico cremar a la persona que todo los gastos que conlleva la inhumación.
“A nivel global la cremación no es más caro que la inhumación, es decir, teniendo en cuenta el servicio funerario más, el lugar en el que se depositarán los restos, cremar resulta más económico teniendo en cuenta hasta el lugar en el que quedará la persona”, mencionó Jorge Serna.
Las fechas en el año donde se realizan ceremonias y misas especiales en los columbarios, principalmente son el Día de la Madre, Día del Padre y el Día de Muertos del 2 de noviembre.
Cremación y covid
Aunque durante la pandemia no era obligatorio ejercer la cremación de las víctimas de la enfermedad, sino que también fue permitido sepultar los restos de las personas, a decir del director de la funeraria el servicio de incineración aumentó durante el confinamiento hasta entre un 25 y 30 por ciento.
“Por el covid la indicación era un destino inmediato y creció la cremación, que la gente tenía la idea que tenía que ser obligatoriamente así. Al relajarse más la situación primero se permitió la velación y luego embalsamar, para luego trabajar con normalidad”.
Principales motivos para comprar un nicho en columbarios
A criterio del especialista, los clientes han manifestado que entre las ventajas que tiene la opción de comprar un nicho en algún columbario tienen que ver con la cercanía del sepulcro, así como visitas más cómodas y seguras.
“Por lo regular los panteones son lejanos e inseguros, prácticamente todos, por lo regular están solos, afecta mucho la distancia donde están ubicados, mientras que con la cremación se entrega el cuerpo y mañana te dan las cenizas. En un columbario es más cercano, puede dejarlos en las iglesias más cercanas, y además todos tienen un espacio de oración y o capilla”.
Precios
Cada columbarios del municipio maneja diferentes precios por un nicho, el cual puede guardar entre tres y hasta seis urnas. En tanto, en un recorrido por diferentes espacios de este tipo presentan precios que van desde los 12 mil pesos los más económicos, hasta los 25 a 30 mil los más caros.
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