Consultorios de farmacia en Torreón ganan terreno por saturación en el IMSS

Ante las quejas por la atención y falta de medicamentos en el sector salud, las personas deciden acudir a estos negocios para poder economizar su tiempo y dinero.

En la actualidad este esquema de farmacia ha evolucionado al grado de que hoy cuentan con doctores. | Lilia Ovalle
Lilia Ovalle
Torreón, Coahuila. /

A finales de la década de los noventa del siglo pasado, en México comenzaron a instalarse farmacias con medicamentos genéricos o intercambiables, lo que favoreció a las familias más desprotegidas que no podían adquirir drogas patentadas al ser onerosas.

En la actualidad este esquema de farmacia ha evolucionado a grado que hoy cuentan con doctores dispuestos a atender a menores, adultos y ancianos, contando algunos negocios con laboratorios que realizan exámenes clínicos de biometría hemática, glucosa en sangre y de química 6, es decir, complemento de evaluación de la salud o seguimiento de pacientes con un diagnóstico establecido.

Este fenómeno cobra relevancia en un país donde el salario mínimo se estancó durante tres décadas en tanto que la derechohabiencia del Instituto Mexicano del Seguro Social se incrementó sin que a la par se desarrollara infraestructura para su cuidado. Fue así que la atención quedó rebasada en el ámbito público.

Una opción 'rápida' para no perder el día laboral

No es casual pues que los trabajadores acudan a un consultorio de barrio para ser atendidos sin perder un día laboral, o que compren el medicamento para evitar ir a la farmacia del IMSS o ISSSTE donde al llegar a la ventanilla de atención se les dirá que no pueden surtir su receta ante el desabasto.

Además, los adultos mayores que no cuentan con acceso a la salud pública y padecen enfermedades degenerativas como diabetes o hipertensión, consideran que las medicinas pueden ser surtidas a un precio razonable sin poner en riesgo su sustento diario.

Diferencias de costo de consultas en hospital privado y consultorio de farmacia 

MILENIO examinó este nicho de mercado toda vez que la consulta en hospitales privados puede superar los 800 o mil pesos en tanto que en un consultorio de farmacia se pagan 60 pesos y con suerte, se encontrará a un médico receptivo que escuche y pueda detectar a tiempo una enfermedad que no sea estacional.

Farmacias similares

Claudia Huitrón trabaja en una farmacia que expende medicamentos similares. Ubicada en la confluencia que hacen la prolongación de la avenida Bravo y el bulevar La Libertad al oriente de Torreón, este negocio en promedio atiende alrededor de 600 clientes por mes.

La farmacia tiene además un consultorio que abre en turno matutino y vespertino con la colaboración de dos doctoras que por lo regular atienden a pacientes con enfermedades estacionales. 

Los medicamentos más demandados son antibióticos y analgésicos, además de suplementos alimenticios, sueros orales y multivitamínicos. Pero al sortear una epidemia como la diabetes, no es inusual que vayan adultos buscando su medicamento.

“El precio varía pero en el caso del medicamento para diabéticos, como la Metformina o la Vildagliptina, tenemos de 700 o hasta 500 pesos cuando un medicamento de patente puede costar los 2 mil pesos. Además tenemos promociones de descuento los lunes y algunos medicamentos están al 2 por 1 y medio, o 3 por 1 medio. En el caso de la Rivaroxabán, que es para trombosis venosa, el costo es de mil pesos cuando en otras farmacias la venden a 2 mil 140 pesos”.

Claudia es una trabajadora que conoce a sus clientes y sabe que muchos deciden comprar las medicinas para evitar las horas perdidas en la fila de las farmacias del IMSS donde, en muchas ocasiones al llegar a la ventanilla les dicen que vuelvan en un mes porque no hay en existencia lo que necesitan.

A una cuadra de este negocio, otro llamado Farmacia Amiga es atendido por un joven de nombre Jesús quien refirió, tras la pandemia por Covid-19 debieron cerrar el acceso principal y limitar a dos personas el ingreso de los clientes, medida que aún mantienen. Y aunque pudiera pensarse que la competencia afectaría sus ingresos, los clientes siempre vuelven porque los costos son realmente bajos.

“El medicamento aquí se abarata hasta tres veces el precio. Aquí no hay de patente, no los manejo porque son más caros y la gente lo que busca es algo que no los afecte en sus bolsillos. Aquí se manejan medicamentos básicos, por ejemplo, usted compra un Diclofenaco y le cuesta a lo mejor 40 pesos, pero en una farmacia de patentes a lo mejor le cuesta 250, varía muchísimo.
“El Omeprazol, que es como las tortillas, todos vienen aquí por él, sí está más caro en las farmacias de cadena. Aquí el más barato es de 14 pesos, se vende con poquitas cápsulas. El de 30 cápsulas está en 22 pesos y en otros lados, bajita la mano está en 60 pesos”.

Si bien a estas farmacias vienen personas de clase trabajadora, no se descarta que igual lo hacen las personas de clase media. Uno de los clientes que escuchó la conversación y que pidió omitir su nombre en este texto, expresó que se adquieren estas medicinas no porque se piense que la salud no importa sino porque, dijo, “si estamos enfermos, no tenemos Seguro y queremos seguir comiendo, se compran similares”.

Sobre las consultas con especialistas apuntó el hombre, se olvidan porque en el Club de Leones, que es popular o asistencias gracias al apoyo del Club Rotario, se pagan más de 400 pesos por consulta. Acudir a un hospital para ricos equivaldría a empeñar la vida con una deuda impagable.

Farmacias con sentido humano

Daniel Israel Amezcua Alvarado es un joven médico que trabaja en una farmacia similar ubicada en la avenida Juárez casi contra esquina de la sucursal de SIMAS Nazas. Con una pared tapizada de diplomas y reconocimientos, junto a éstos se observan Las Esferas del Dragón que un paciente le obsequió.

Aunque trabaja con personas de todos los rangos de edad, al ser un muchacho se identifica fácil con los niños y jóvenes pues en su conversación aparecen referentes culturales contemporáneos y los mangas y videojuegos no le son ajenos.

Con una gran reputación, este joven que tiene dos maestrías, una de ellas en medicina laboral, ya suma seis años en una farmacia que se ubica anexa a una gasolinera donde todas las tardes atiende una enorme fila de pacientes. La fórmula de su éxito profesional ha sido no juzgar, escuchar y atender sin temor.

“Aquí vienen pacientes con afecciones de vía aérea, digestivas o algunos descontroles de padecimientos crónicos. Lo más común es que vengan por tener una larga lista de espera en cuestión de urgencias o está muy saturado el servicio de consulta, o definitivamente piensan que no los quieren atender debido a padecimientos que no son una emergencia”.

Aunque reconoce que las quejas sobre la atención en el IMSS son muchas, este doctor dijo que también las cargas de trabajo allí son enormes. A ello se suma la falta de medicinas y es por eso que las personas deciden acudir a las farmacias cercanas a sus domicilios.

“La escasez del medicamento yo pienso que siempre va a existir porque son insuficientes los servicios al menos en la localidad; Torreón ya ha crecido demasiado y siguen contando con las mismas clínicas. Un medicamento genérico puede costarte entre 40 y 70 pesos, por ejemplo, y se dispara de 500 a 700 veces con una patente. Generalmente lo que se dispara son los tratamientos para el control de la diabetes o la hipertensión”.

Clima de la región también afecta en la salud

Amezcua Alvarado precisó que además la región es endémica en cuanto a alergias debido al clima desértico y las tolvaneras. Para esta afección los medicamentos si bien no son caros, el tratamiento es prolongado, lo que hace que los pacientes desistan de continuarlo.

“En realidad los medicamentos genéricos y de patente tienen la misma eficacia al tener un control de la Cofepris, si no fuera así no se aprobaría. ¿Qué es lo que estás comprando? Estas comprando la marca de un laboratorio y la mercadotecnia que se aplica al medicamento. Los medicamentos de patente no son para los pobres, pero los genéricos son para todos”.

Con pacientes en espera y la regla de que pasan dos y luego un tercero a que se le hagan curaciones o se le inyecte, al doctor se le pregunta cuál ha sido la fórmula para conectar con sus pacientes. Él responde que la respuesta para un diagnóstico óptimo es interesarse genuinamente por los otros.

“Todos los maestros en general nos enseñaron que para ser buen médico primero necesitas ser buen humano. No exhortaron a que siempre debe haber una atención de calidad y a veces lo que algunos médicos llegan a olvidar es escuchar".
“A veces es fácil detectar el padecimiento si escuchas al paciente que te aporta un dato extra que hace la diferencia. Te debes interesar por aspectos sobre lo que comió, si ha dormido, cómo es su jornada de trabajo o cómo están las cosas en casa. Es mantener cercanía, una buena comunicación, llevarse bien y eso es todo”.

dahh

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