Los dulces de leche o también conocidos como 'jamoncillos', son típicos en México, no obstante en Torreón, una familia tomó dicho proceso y mediante un toque secreto compusieron una consistencia cremosa y esponjosa con un sabor único que ha cautivado a los laguneros por generaciones desde 1940.
Conocidos como 'Dulcería El Duraznito', es una de las tiendas de dichos comestibles más longevas de la ciudad, iniciando en el Mercado Juárez, por sus fundadores, el señor Refugio Hernández Portillo originario de Saltillo, y su esposa Avelina González, de Real del 14 en San Luis Potosi.
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Posteriormente, el negocio pasaría a manos del hijo de Avelina y Refugio, Wenseslao Manuel Hernández González, quien es originario de Parras, y su esposa, Marta Ramos, de Torreón.
"Cuando mi mamá vivía todavía ella seguía vendiendo en un local en el Mercado Juárez, allá por el 2006 todavía, pero ella falleció un año después y hubo problemas con la concesión del local", comentó el hijo de Marta, Gilberto Hernández Ramos.
Marta tuvo 7 hijos en total, y Gilberto comentó que a todos ellos los saco adelante con su dulcería, dándoles estudios.
Posteriormente la dulcería cambiaria de dirección a la avenida Hidalgo y calle Profesor Ignacio Barrón, dónde estuvieron muchos años, aproximadamente hasta el 2006.
El reinicio de 'El Duraznito' con la tercera generación de la familia
Fue en el año 2006 cuando Gilberto se caso con su esposa y se fue a vivir a Gómez Palacio, y por una situación se quedó desempleado, entonces cuestionándose sobre sus habilidades recordó que sabía hacer los dulces familiares, fue ahí que decidió revivir dicha tradición.
Actualmente, la dulcería es operada por Gilberto junto con su esposa Maria Luisa Davila e hijos, quienes probablemente continúen con el legado de Refugio y Avelina, quienes abren pedidos mediante su página de Facebook: 'Dulcería El Duraznito'.
Cuentan con una línea de 12 productos y busca abrir mercado de exportación y a nivel local en empresas, tienditas de la esquina y supermercados.
"Es una satisfacción bien bonita que de repente clientes que me encuentran en la página de face, te das cuenta que es gente de 80 años, hasta de 95, hace poco una clienta en específico, me conmovió mucho ver su reacción cuando probó el dulce, hasta lloró de la emoción, dicen 'no no manches, es que si son El Duraznito', ver eso, no te imaginas la satisfacción que me hace sentir, es cuando te das cuenta de la responsabilidad al cargar el legado familiar", finalizó Gilberto.
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