Familia Rodríguez Espinoza lleva 20 años dando alimento a parientes de enfermos en IMSS de Torreón

La familia se cooperaba para comprar el pan, café, y guisos, pero después se le sumaron amigos y vecinos. Aseguran que es muy gratificante recibir todas esas bendiciones de la gente.

Con la suma de más personas se convirtió en el grupo denominado 'Vivir para Servir'. (Especial)
Adriana Magallanes
Torreón, Coahuila /

Durante 20 años la familia Rodríguez Espinoza, se ha dedicado a regalar desayunos a caminantes, indigentes y familiares de pacientes internados en las clínicas 71 y 16 del Seguro Social en Torreón.

Comenzaron como familia, pero al paso de los años amigos, vecinos y conocidos se han sumado a esta causa convirtiéndose ya en el grupo denominado 'Vivir para Servir'.

Alma Rosa Espinoza Maldonado, quien laboró en la clínica de especialidades como enfermera, manifiesta que fue ahí donde se dio cuenta de las necesidades que tienen los familiares de las personas que se encuentran hospitalizadas, pues muchas de ellas son originarias de estados como Zacatecas, Durango, Chihuahua y de otros municipios de Coahuila.

En el hospital hay muchas carencias, pero también mucha hermandad, por lo que al ver la necesidad de las familias, habló con su esposo para poder ayudar a todas esas personas.

“Yo dije, no me puedo quedar de brazos cruzados, hablé inmediatamente con mi esposo y le dije, vamos a hacer algo por toda esa gente, aunque sea un granito de arena el sábado, pero que se vayan bien contentos, que no sea solo darles, sino que sepan que aquí estamos para apoyarlos”.

Algunos llegan con recursos, pero debido a que los tiempos son prolongados de hasta 3 meses en el hospital, su estancia representa gastos, pues hasta para poderse asear tienen que pagar.

“Los pacientes de corazón abierto, los que traen a sus hijos con cáncer, de cualquier especialidad, pues no salen de un día para otro, entonces en su estancia tienen muchos gastos, hasta para bañar les cobran aquí en los hoteles enfrente de la clínica”.

Llega un momento en el que es poco el recurso que tienen y es en donde la familia Rodríguez Espinoza entra para apoyar a todas esas personas de otros lugares.

“Comenzamos siendo familia Rodríguez Espinosa porque nada más era mi esposo, mis hijas, mis tías, mis hermanos, mis sobrinos y yo duramos 8 años, donde nada más nosotros nos hacíamos cargo de los gastos”.

Entre familia se cooperaban para comprar el pan, el azúcar, café, los guisos y poder elaborar los desayunos, pero luego de que la gente conoció lo que hacían, empezaron a sumarse, tanto en la aportación de insumos, como en la elaboración de los alimentos.

“Se unió a nosotros bastante gente, a lo que hacíamos, la gente abrió su corazón y nos dice yo puedo ir a ayudar hacer los burritos, a repartir, a llevarte un café o un kilo de azúcar y así como llegó esa gente, se va y llega otra, pero nunca hemos estado solos”.

Asegura que siempre han recibido el apoyo de las personas, pues muchas tienen ese gusto por ayudar, pero en ocasiones no sabe cómo hacerlo.

“Ellos vienen de todo corazón a regalarnos un café, azúcar, los desechables, o vienen a ayudarnos a preparar los sándwich”.

Durante la pandemia en el 2020, se vieron obligados a suspender actividades, sin embargo al ver a los indigentes que no tienen hogar y que eran quienes acudían cada semana, antes de terminar el año, volvieron con los desayunos, tomando todos los cuidados y medidas de protección para evitar un contagio por covid-19.

“Sentíamos mucha tristeza porque siempre habían venido los de la clínica 71, los caminantes, los indigentes, aquí les poníamos su mesa y platicaban sus historias”.

Además de alimento, les brindan apoyo moral

No sólo es brindarles alimento, sino también escucharlos ante la difícil situación que enfrentan, por lo que continuaron con la entrega de comida, pero ahora directamente en los hospitales, llevando sándwich, café o jugo.

Aunque hay ocasiones en las que es complicado, cada semana llevan los desayunos a las clínicas, pues los insumos para la elaboración de los alimentos son la mayoría aportaciones de la gente y otra parte de la familia.

“Hay sábados que si de plano pues no hay más que cinco panes, yo tengo que completar las 15 o 20 teleras, pero de una o de otra parte Dios nos manda y sacamos adelante el sábado”.

Debido a que se fueron sumando más personas, se convirtió en grupo “Vivir para servir” que contribuye no solo en la aportación de recursos, sino ayuda en la entrega de los alimentos y a escuchar a la personas y darles una palabra de aliento.

Durante estos 20 años, señala que se ha trabajo con el ejemplo, pues en el caso de sus hijos han participado desde que eran muy pequeños, además de que para ellos como familia es muy gratificante recibir todas esas bendiciones de la gente.

aarp

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