"Sabía que iba a morir", Fer Cazares cayó del Cerro de las Noas y vive para contarlo

Desde una cama de hospital en la clínica 16 del IMSS, Fernando narra que algo lo detuvo de caer más y que a pesar de tener que aprender a caminar de nuevo, agradece estar vivo.

Fer Cazares. (Especial)
Brenda Valles
Torreón, Coahuila /

Fernando Cazares, deportista lagunero que sufrió un accidente mientras practicaba rápel en el Cerro de las Noas cuenta cómo fue su accidente, así como la gravedad de sus lesiones y el pronóstico médico para saber si volverá o no a caminar.

"Yo estaba consciente de que me faltaban algunos metros para llegar a la segunda caída de 40 metros, yo sabía que ahí seguía esa caída, lo que no sabía era cómo me iba a apagar, porque yo estaba consciente de que me iba a morir... Yo decía ahorita un golpe en la cabeza, algo, no sé qué va a pasar pero sé que me voy a morir".

Desde una cama de hospital dentro de la Clínica Número 16 del Seguro Social, Frenando Cazares habló con MILENIO para narrar a viva voz su accidente, mismo que ocurrió el pasado miércoles 20 de octubre.

Vía telefónica, Fer señala que su travesía comenzó alrededor de las ocho de la noche, donde motivados por la luna llena y la promesa de una maravillosa vista, él y un grupo de amigos acudió al cerro para realizar el rápel, además tenían la encomienda de reponer equipo de anclaje que había sido robado. El camino era conocido, tendrían que subir por la ruta de las Noas hasta llegar al cañón de más de 70 metros de altura donde es idóneo realizar este tipo de actividades de ascensos y descensos.

Fernando comenta que él conoce de memoria tanto la ruta como el cerro donde hacía rápel. "Es una ruta que yo conozco, te juro hasta me aburría de tanto hacerla, unos amigos míos fueron los que hicieron esa ruta, yo me la conocía de pies a cabeza, entonces en todo momento yo sabía dónde estaba o parado o dando vueltas...".

Al llegar al punto de arranque todos debidamente equipados, Fer recuerda a detalle todo el proceso para iniciar, ya que él sería uno de los últimos en descender.

"Uno de mis compañeros se ancla con la primer cuerda para poder bajar las líneas, la primera cuerda es una línea de 60 metros partida a la mitad, se pone doble para que cuando el que llega al último tome una de las puntas y la recoja, la recupere... comienzan a bajar, baja el primero, baja el segundo y el tercero", recuerda.

Cuando era el turno de Fer para descender, comenzó a asegurar a su acompañante, una perra Husky que es su mascota y que de manera repentina comenzó a alterarse, situación que distrajo al lagunero.

"Cuando yo estaba por bajar mi perra se inquieta en la orilla, se pone muy necia y no se dejaba sujetar y ya en eso que la sujeto, tomo una de las líneas, prácticamente no me fijé cuál línea había sujetado... Cuando doy el paso para empezar a descender obviamente la cuerda se viene conmigo y empezamos a caer".

Cae y siente cada uno de los golpes

Fue este el error que inició el accidente, situación de la que ni Fernando, ni el rapelista más experimentado puede estar exento, pues como dicen le puede pasar a cualquiera.

Mientras caía de 20 metros de altura, Fernando estaba consciente sintiendo cada uno de los golpes que su cuerpo recibía contra las piedras del cerro, así como el quebrarse de sus tobillos al caer de pie sobre un desnivel que tiene la ruta.

Fue ese espacio de ocho metros lo que salvó la vida de Fernando, ya que al caer y tras fracturarse ambos tobillos, comenzó a rodar sobre el mismo. Él sabía que al término de esos pocos metros lo esperaba una segunda caída de 40 metros, lo que sin duda terminaría con su vida, pero algo inesperado pasó.

"En eso de repente algo me paró y entonces fue cuando tomé un poco de aire... Yo iba dando vueltas y me paré a medio metro de la cornisa de la caída de 40 metros, una vuelta más y yo hubiera caído totalmente al vacío".

Consciente y despierto aún después de la caída, Frenando comenzó a dar indicaciones a sus compañeros sobre cómo actuar y asegurarlo mediante cuerdas, además pidió que subieran a su mascota, pero el can se negaba a despegarse de él.

Posteriormente llamaron a las corporaciones de seguridad para pedir ayuda, mientras que Frenando se percató de que tenía las piernas completamente fracturadas.



Un total de una hora fue lo que Fer estuvo sobre la orilla esperando a ser atendido, mientras que al llegar los rescatistas, le colocaron medicamento intravenosa para soportar el dolor y fue rescatado en un tiempo aproximado de tres horas.

Estar vivo, el mejor pronóstico médico

Tras ingresar a un hospital del IMSS, a Fer le realizaron estudios completos para conocer si había más daño además del evidente en su cuerpo, encontrando los doctores que afortunadamente no había daños en los órganos internos ni en su columna ni en las vértebras.

Sus lesiones fueron fracturas de tobillos, tendiendo los huesos de estos completamente destrozados, así como una desviación en la pelvis, pero está última se podrá recuperar con reposo, sin embargo para sus pies tendrá que ser operado.

"Es una cirugía nada fácil, literalmente uno de los tobillos no se puede reconstruir por los fragmentos tan chiquitos en que quedó... El otro si va a tener arreglo normal, me van a poner placas y tornillos", destaca.

Además hasta el momento no sabe en qué fecha podría ser operado, pues sus piernas están hinchadas y los médicos deben de esperar a que se desinflamen. Destacó también que su proceso de recuperación será largo, además que no podrá volver a caminar de manera normal.

"Definitivamente no voy a volver a caminar como tal, me dicen los doctores cuando recién llego, 'Fernando tenemos malas noticias, no vas a poder caminar en siete meses mínimo, vas a tener que volver a aprender a caminar, te van a quedar secuelas, te van a quedar adoloridos los tobillos', pero yo le dije que eso era una buena noticia, que estando vivo y con la gente que amo era más que suficiente".

Fernando apunta que el volver a caminar es una gran noticia para él, pese a que no podrá hacerlo como antes, además que está contento y feliz por todas las muestras de cariño y amor que ha recibido de amigos y desconocidos, sobre todo por el apoyo económico que recibe, pues sabe que tantos meses sin caminar y sin poder llevar el sustento a su casa serán difíciles.

Finalmente destaca que sabe que no está solo y que además sabe qué lo detuvo de caer a 40 metros y por qué sigue con vida. 

"Para Dios nada es imposible, mis compañeros rescatistas vieron por todos lados mi forma de caer y ellos me dijeron 'Fernando nosotros seguimos sin saber qué te detuvo', entonces pues yo si sé definitivamente que me detuvo y es una persona de arriba que tenemos que empezar a creer más y a tenerle más fe, ya que siempre está con nosotros y con Dios no hay imposibles, así que a todos los que están pasando cosas difíciles les digo que no están solos".

aarp

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