Las tradicionales gorditas forman parte de la identidad gastronómica de la Comarca Lagunera, siendo uno de los manjares callejeros más solicitados y por ende, una gran cantidad de negocios ofrecen este platillo y su venta representa el sustento para cientos o miles de familias en la región.
Por treinta años 'Gorditas Garza y Garza' no sólo deleitan al paladar, sino que llevan al comensal a un viaje gastronómico con sabores de chicharrón prensado, buche, tinga, cebolla con crema, en medio de fotografías que transporta al comensal al Torreón antiguo y la nostalgia del ayer.
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Comenzaron vendiendo burritos
Fue el 10 de abril de 1993 cuando este lugar abrió vendiendo burritos, pero la demanda de la gente perfiló la oferta hacia las gorditas.
Garza y Garza es el apellido de los dos hermanos que comenzaron el negocio y que hoy está liderado por Fernando Garza.
Contar la historia de Torreón, no se limita únicamente al ofrecer uno de los platillos más tradicionales de la región, las gorditas.
Sean de guisado verde, rojo, frijoles, chicharrón prensado, de cuero, buche, tinga, picadillo, huevo, cebolla con crema, son parte de los guisos que ofrecen con las gorditas de harina y maíz por años han sido de los más solicitados.
Situado en la esquina de la avenida Abasolo y la calle Donato Guerra, a unos metros del Hospital del ISSSTE en medio de la zona hospitalaria de Torreón, ha hecho de numerosos clientes, hayan sido personal médico, familiares o incluso personas ya recuperadas.
Cuentan historia con fotografías en la pared
Jóvenes que ayer sus padres los llevaron siendo niños y hoy retornan a degustar de esas gorditas. Políticos, funcionarios públicos, amas de casas, todos regresan no sólo por la añoranza del sabor, sino para revivir la historia de La Laguna, a través de sus fotos antiguas que muestran, el viejo edificio en el que jugaron siendo niños; las calles que caminaron de la mano de su padres ya fallecidos.
La tolvanera oscureció la región y les asustó siendo pequeños; la inundación del 68, el Mercado Villa, la antigua presidencia de Torreón, la Casa del Cerro, en una mezcla de emociones por la nostalgia del ayer y los sabores que hoy dan identidad a la gastronomía lagunera.
La historia de Torreón es una de las “pasiones” más arraigadas por Fernando Garza, conocido por ser precursor de la época revolucionaria, en lo particular de todo lo relacionado con Pancho Villa y la División del Norte; de ahí su inquietud por mostrar los murales de 'Garza y Garza', fotografías antiguas del Torreón y La Laguna.
“Hay fotografías de la antigua Catedral del Carmen, una cliente nos trajo una foto, ya que ahí se casó. Hay gente que vienen de otras ciudades, vienen de Nuevo León y otros estados porque reviven muchos recuerdos. Este lugar no es un negocio más, la gente nos cuenta sus historias, generando un vínculo muy importante”, señaló su esposa Enriqueta Rodríguez Castillo.
Tras treinta años de existencia, las momentos no han sido fáciles para este lugar. Como muchos negocios, Garza y Garza estuvo a punto de cerrar sus puertas, sin embargo, lograron diversificarse con el servicio para llevar, logrando sostener el empleo y la fuente de trabajo.
Tras esta etapa complicada, hoy los planes de expansión están en la mira con una nueva sucursal al oriente de la ciudad. La idea, dice Fernando, es que la tradición continúe, ahora atendiendo a las nuevas generaciones, generando así, nuevas historias para este lugar.
aarp