"Hay días que la artritis me vence pero es lindo hacer feliz a los niños": globero de Torreón

Con pelotitas, carritos con forma de animalitos, dinosaurios y cohetes inflables, Rubén de la Cruz se jacta de tener un oficio que le agrada.

"Hay días que la artritis me vence pero es lindo hacer feliz a los niños": globero de Torreón. | Especial
Antonio Ramírez
Torreón, Coahuila /

Antes de que la era digital lo cambiara todo, y los celulares y tablets predominarán en las generaciones actuales, los niños se divertían por horas y días con juguetes que se podían encontrar en una tarde amena paseando con la familia en alguna plaza, los cuales se podían comprar con personas como Rubén de la Cruz, globero de Torreón, Coahuila.

Con pelotitas, carritos con forma de animalitos, dinosaurios y cohetes inflables, Rubén se jacta de tener un oficio que le agrada porque puede ver a los niños contentos, ya que le da la oportunidad de contribuir a la etapa más bonita de todas, la infancia.

"Este trabajo a veces da y a veces no, pero si vieras que bonito es que cuando los niños vienen y escogen, nomas los veo irse con su juguetito bien contentos", expresó el globero.

Originario del ejido San Ignacio en Zacatecas, Rubén de la Cruz tiene una trayectoria comercializando con globos desde hace 37 años. Comenzó desde joven trabajando en el campo, no obstante la artritis reumatoide ya no le permitiría continuar con esa labor y vino a la ciudad de Torreón con familiares que se dedicaban a la venta de globos para ayudarles.

"Trabaje en el campo pero ya no pude más allá por mi enfermedad, me vine para acá porque aquí vivían familiares que vendían los globitos, según me vine por un tiempo buscando suerte pero ya no me fui, yo creo que la encontré", expresó Rubén de la Cruz mientras reía.

Los rumbos de venta de Rubén son el centro de la ciudad, la Alameda Zaragoza, el Bosque Venustiano Carranza y la Plaza de Armas. Aclara que no todos los días recorre la ciudad vendiendo sus juguetes porque hay días en que no puede caminar debido a su enfermedad y tiene que reposar.

"A veces no puedo caminar, necesito inyecciones debido a la artritis, me tumba y ya no puedo hacer nada, son dolores muy intensos, a raíz de que me dio nadie me quiso dar trabajo y por eso me convertí en globero", agregó Rubén de la Cruz.

Aclaró que de este oficio es de lo único que subsiste, explicó que no le va tan bien pero que tampoco le va tan mal, siendo los fines de semana los días más fuertes en cuanto a ventas, dijo que ha llegado a sacar hasta 3 mil pesos.

arg

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