El Mercado Juárez, inaugurado desde el año 1907 en Torreón, Coahuila, se ha vuelto un ícono del municipio, aguardando en su interior la historia de la ciudad, en los productos que comercia, entre guaraches, souvenires, parafernalia de los danzantes, hierbas medicinales, entre otras cosas, pues muchos dicen que en las fondas se encuentra el verdadero sazón de la localidad.
Entre lo más importante que tiene el Mercado Juárez, es la gente que ahí atiende los negocios diariamente, pues muchos han visto a la ciudad crecer con historias y anécdotas que enriquecen a quienes quieran saber sobre Torreón, tal es el caso de Ramona Reyes Velázquez de 91 años, originaria de Michoacán, comenzó a trabajar en recinto en 1938.
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"Aquí en mi negocio tengo guarache del Sur, o sea ese tejido bonito, tengo flores artificiales de todos colores, además con esas flores hacemos para el día de finados, coronas para los muertos, y también hacemos los cuadros de la Virgen con flores, además de surtido de ropa de mujer bordada del Sur", afirmó Ramona Reyes.
La lagunera de corazón contó que sus padres vivían en Saltillo, posteriormente de ahí se vendrían para Torreón, explicó que su padre era comerciante ambulante, "vendía ropita, calcetines, pañuelos, camisetas, pantaloncitos, sacaba el dinero que podía de las calles", y además encontró buenas ventas en los ejidos de los alrededores de la Comarca, no obstante de esa manera ahorro para conseguir un lugar en el Mercado Juárez.
Ramona Reyes platicó que ella comenzó a trabajar en el Mercado Juárez a la edad de 7 años, en ese entonces el puesto era una Mercería, siendo enseñada por su padre en la labor de comerciante, "me decía, háblale a la gente para que se acerquen a comprar, pero yo no sabía que decirles, me daba pena, y me acuerdo de que yo gritaba 'espejitos a peso', en ese entonces eso costaban".
La comerciante explicó que a la edad de 25 años se casó, y le ofrecieron otro puesto en el Mercado Juárez, así que lo tomó, de modo que su mamá se quedó con el puesto anterior y ella con el nuevo, con el motivo de mejorar la economía familiar.
"En aquel entonces se usaban mucho las flores de papel, y mi mamá me llevó con un señor que sabía hacerlas y me enseño, las empecé a comercializar y me fue muy bien, eran de papel, duraban más que las naturales. También vendíamos huarachitos, bolsas, y cosas tradicionales del Sur", comentó Ramona Flores.
El esposo de Ramona lamentablemente falleció a la edad de 40 años, y por ello decidió traer a sus tres hijos a trabajar con ella al puesto, "no hay de otra, todos a trabajar, pero a pesar de eso le pague estudios a mi hijo, que él es licenciado, y le pague el estudio a mi otra hija, y la última que tuve salió buena para la computación".
El puesto de Ramona Reyes recientemente obtuvo un reconocimiento por parte de la administración del Mercado Juárez por ser el negocio más longevo activo del recinto en la actualidad.
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