Ya sean de naranja, betabel, de piña, zanahoria o jugos verdes, todos los días, Mercedes Aldaco, sale de su casa a vender jugos en las calles de las colonias Valle Dorado, La Fuente y Fuentes del Sur en Torreón, desde hace cinco años.
Tiene 55 años de edad, pero hace quince años le diagnosticaron tumores de células gigantes, que obligaron a amputarle una de sus piernas. Desde hace cinco años, sale todos los días en su silla de ruedas a vender sus jugos empujada sólo con la otra pierna:
“Hay mucha discriminación, quiero un trabajo estable, pero no hay oportunidades para personas como nosotros”, lamenta.
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Mercedes recientemente fue beneficiada para recibir una silla de ruedas de trabajo por parte del DIF Coahuila, lo que sin duda le facilitará salir a trabajar de venta, quizás así pueda obtener un poco más de los 300 pesos que por día llega a ganar por la venta de los jugos que ella prepara cada día desde las cinco de la mañana.
“Vendo jugos para salir adelante, en esta condición no dan trabajo”.
De acuerdo a expertos médicos, los tumores de células gigantes son tumores poco comunes que se desarrollan cuando muchas células benignas (no cancerosas) se agrupan y forman una masa grande. La preocupación en el caso de los tumores de células gigantes es que pueden propagarse a otras partes del cuerpo y convertirse en tumores cancerosos.
A Mercedes nadie le ayuda a vender. Por sí misma, se desplaza con la caja o hielera de los jugos en su regazo, le ha encontrado el modo para moverse con la única pierna que tiene.
Tiene un hijo, pero sus nietos presentan diversos grados de discapacidad, ella los cuida y los lleva a la escuela. Su jornada de trabajo comienza a las cinco y media de la mañana. Se toma sus pastillas, para luego comenzar a preparar los jugos. Su nieto entra a las ocho de la mañana a la escuela. Su hijo y su nuera se van a trabajar a las seis y media de la mañana. Tras ir a dejar a sus nietos en la escuela, Mercedes sale a las ocho de la mañana de su casa a vender los jugos. Termina a las 12: 30 o una de la tarde. Luego se va a comprar la verdura y la fruta para la venta del día siguiente. Hace la comida, el quehacer de la casa, sale a realizar las compras del hogar. hace la tarea con los niños. Deja todo listo para el resto del día.
"No hay oportunidades laborales para personas con discapacidad"
“Si hay cansancio. Yo quisiera un trabajo estable pero no lo hay porque no hay oportunidades. La otra vez vi un letrero en un lugar donde solicitaban a una señora que supiera hacer gorditas de harina y de maíz. Solicité el trabajo y el dueño me dijo: Tú no sirves, y yo le contesté, porqué no, si solo me falta un pedazo de pierna, pero tengo las manos que se supone que para eso sirven y mi cabeza para ver y pensar. Es el tipo de discriminación que uno aún encuentra”.
Mercedes señala que ante este panorama, mejor se pone a trabajar vendiendo jugos, es la forma en que obtiene su sustento diario. Su familia a veces la acompaña, pero es ella quien está al pendiente de ellos.
“Hay mucha discriminación, la gente las empresas consideran que no servimos, pero sí servimos y mucho, créame que además del pie, tenemos corazón, somos gente muy capaz pero no somos valorados, no hay las oportunidades lamentablemente; si quisiera trabajar formalmente, porque es difícil andar todos los días vendiendo en las calles. Hasta ahorita, mi salud es buena, trato de mantenerme bien, porque no puedo ser una carga en salud para mi familia”.
Mercedes gana entre 200 y 300 pesos al día, para mantener a seis de la familia que están en casa.
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