El obispo de Torreón, Luis Martín Barraza Beltrán encabezó el ritual de imposición de cenizas en la Catedral del Carmen e hizo un llamado a la comunidad católica para aprovechar la cuaresma para hacer una profunda reflexión personal.
“El sentido de la cuaresma es renovarnos en nuestra relación con Dios mediante la oración, ayuno y limosna que son los símbolos de nuestra fe. Hacerlos desde la intención profunda, quitar todo truco, chantaje y mentira que inconscientemente se va metiendo”.
Refirió que la imposición de la ceniza es un ritual muy conocido en la fe católica, pero va más allá de eso dependiendo de la disposición de los creyentes para convertirlo en una mirada interior para vencer todo egoísmo.
“Si bien ponemos el signo de la ceniza, no es más que un simbolismo de la verdad radical del ser humano que es una criatura y que no le debe ofender si sabe ponerse frente al Dios misericordioso con humildad”.
El representante de la Diócesis de Torreón destacó que en esta ocasión y luego de dos años se vive con un ambiente de normalidad las celebraciones religiosas más relevantes de la fe católica, tras la pandemia por el coronavirus.
“Ahora ya sabe más a la normalidad, pedimos el ritmo en el 2020, 2021 y 2022. Ya se ve la participación y es esperanzadora esta celebración”.
Puntualizó que desde diciembre pasado que fueron las peregrinaciones guadalupanas comenzó un desbordamiento de la fe católica entre la población, aunque refirió que hay medidas que siguen entre la población y depende de cada quien respetarlas para evitar contagios.
“Ya no tenemos la incertidumbre de los primeros años de pandemia, pero igual algunas personas siguen con precaución en algunos actos dentro de las celebraciones”.
En ese sentido, refirió que en el caso de la ceniza se colocó otra vez en la frente y en el caso de sacramentos como la comunión es opcional en la manera que la quiera recibir el creyente, es decir, directamente en la boca o en su mano.
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