Con la presentación de su libro “Los tratados de Córdoba 200 años de su firma” el periodista Juan Noé Fernández Andrade, dio cátedra sobre la relevancia que tuvo para el país este acontecimiento llevado a cabo un 24 de agosto de 1821, que marcaría el acuerdo de la Independencia de México y se reconocía como un estado soberano.
El texto fue presentado en las instalaciones del Archivo Municipal de Torreón y como presentadora estuvo la maestra Mónica Russell, acompañada de Carlos Castañón, historiador.
Se puso en contexto que los tratados fueron firmados por Agustín de Iturbide y Juan O'Donojú 11 días después de la batalla de Azcapotzalco, acción militar del movimiento de independencia que como antecedente tenía el Plan de Iguala y su Nueva España de la cual nacería México y que sigue una ruta que aún no termina.
“Es lo que le da un acta de nacimiento al país en términos que lo conocemos hoy. Hablamos de un territorio independiente y soberano que marcó, tanto el Plan de Iguala y la continuidad que le dieron los tratados de Córdoba”, señaló en su oportunidad Fernández Andrade, nacido en Córdoba, Veracruz, pero lagunero por adopción.
El también promotor cultural compartió que a diferencia del Plan de Iguala, con los tratados hubo una omisión de la religión en el Estado. “Lo importante en este reconocimiento hacia la nación como un estado soberano aunque el gobierno seguiría monárquico, por eso la crítica a Iturbide porque fue el primer emperador de México”.
En la presentación del libro de su autoría, dijo imaginarse el ambiente que se respiraba en aquellas fechas, los murmullos, el caminar de los caballos, las campanas de la iglesia y escuchar el silencio. Inclusive imaginó estar presente como testigo de aquella firma de los tratados de Córdoba.
Con su visión como periodista, incluidas las coberturas de las guerras civiles en El Salvador y Nicaragua, el comunicador cordobés describió a los presentes lo que fuera una entrevista con Iturbide y O'Donojú en su imaginación, en donde propuso una serie de preguntas, supuestamente contestadas por aquellos militares.
“Levanté mi brazo derecho lancé una pregunta: señor, por ahí dicen que cuando alguien que ve y un ciego están en la noche, nada los distingue, pero cuando llega la luz, uno puede verla y el ciego permanece en la noche. ¿Podría decir que esta expresión aplica a lo que hoy inicia en nuestro pueblo?".
"Señor, ¿termina esta guerra?, ¿ya no habrá más derramamiento de sangre?, ¿se acabaron las traiciones?", son algunas preguntas que Juan Noé Fernández preguntó a Iturbide y a O'Donojú en su alegoría. Las respuestas fueron contestadas por los protagonistas y están escritas en la historia que ha pasado durante los últimos 200 años.
CALE