Carlos Castañón publica 'Roja es la luz', libro sobre la prostitución del siglos XIX y XX en Torreón

En entrevista para MILENIO, Castañón Cuadros habló sobre el desarrollo de este comercio que atraía a propios y extraños.

Carlos Castañón. | Manuel Guadarrama
Lilia Ovalle
Torreón, Coahuila /

Desde la fundación de Torreón, ciudad que creció con los ideales de la revolución industrial, la prostitución avanzó de manera parelela dentro del discurso del desarrollo económico, en el rubro de la diversión y el entretenimiento. Así lo detalla el historiador Carlos Castañón Cuadros quien presenta el libro 'Roja es la luz. Historia de la prostitución en Torreón, siglos XIX y XX'.

En entrevista para MILENIO, Castañón Cuadros habló sobre el desarrollo de este comercio que atraía a propios y extraños; que tuvo su desarrollo y decadencia, y que se originó con la venta de servicios sexuales femeninos y culminó con el comercio erótico de hombres para hombres hasta finales del siglo pasado, transitando en un siglo de la tolerancia a la intolerancia. Y viceversa.

“Lanzamos este nuevo libro, “Roja es la luz. Historia de la prostitución en Torreón”, que en realidad es una historia prohibida, una historia negada porque tradicionalmente se quiere contar lo bonito, lo destacado de una ciudad, pero durante muy buena parte de la historia de Torreón, que es una ciudad joven, es decir, hablamos de finales del siglo XIX y todo el siglo XX, estuvo marcada por la prostitución. En ese sentido es una historia social y económica porque la prostitución fue una actividad muy importante en nuestra ciudad”.

Para sostener esta tesis, el historiador se valió de archivos históricos y hemerográficos pero también de testimonios, citando a los escritores José Manuel Othón, José Vasconcelos, el poeta Salvador Novo y el comandante Francisco L. Urquizo quien hizo labores de escritor e historiador. Todos escribieron sobre Torreón y el ambiente prostibulario que se vivió en la ciudad.

“Fue tal el impacto social de ese viejo oficio que Torreón tuvo fama nacional por, no solamente por esta práctica, sino por sus zonas de tolerancia, la última considerada una de las más grandes del país, una, de cierta manera, de las más famosas y alegres zonas de tolerancia donde era una visita obligada: cualquiera que llegaba a Torreón por negocios, por trabajo o por algún asunto de paso, siempre iba a la zona. Los mismos torreonenses tenían zona de tolerancia como un espacio donde hacían aquello que fuera de la zona no se podía hacer”.

Presentación del libro

Editado por el Congreso del Estado de Coahuila de Zaragoza, en su LXII Legislatura, el libro será presentado el jueves primero de febrero a las 19:00 en la Galería del Instituto Municipal de Cultura y Educación con entrada libre, aunque el autor hará una gira por espacios culturales para presentar más ampliamente el título.

Carlos Castañón destacó que el trabajo del historiador no vigila ni castiga o condena sino ayuda a comprender cómo surgen algunas prácticas o gustos, en este caso en relación al sexo y la prostitución. Y eso por ello que apuntó que era tal la demanda y oferta de estos servicios que el gobierno del estado de manera temprana emitió un reglamento de prostitución para Torreón en el año 1898.

“Desde entonces hubo necesidad de regular la práctica y a partir de entonces la postura del ayuntamiento será la regulación, el ordenamiento y la no prohibición; no estaba negado el oficio sino por el contrario, se alentaba pero en zonas específicas con controles, e incluso encontramos en los archivos los impuestos que pagaban las sexoservidoras. De unos años para acá la palabra prostituta tiene una carga muy negativa, lo explicamos en el libro, y también tratamos de explicarle al lector el lenguaje de la época, no el que usa el historiador”.

A pesar de que se trata de un libro de carácter histórico, el lector podrá encontrar incluso un “soundtrack” con letras de corridos desde la época de la revolución mexicana que hablan sobre la vida festiva de Torreón, y también podrá participar de una pesquisa sobre expedientes judiciales y notas periodísticas desde la hemeroteca de La Opinión MILENIO, que hablan sobre el tema.

“Se trata de la otra cara de la moneda de una ciudad industriosa, de trabajo, donde el principal valor del torreonense, dado que es una ciudad nueva que se erige en 1907, como villa en 1893, el principal valor de la población va a ser el trabajo, pero la otra cara, de ahí las industrias y empresas, la otra cara de la moneda del trabajo es la diversión".
“Eso es lo que representa este libro y esta historia que si bien, como decía una famosa canción, La Filomena, 'La Laguna tiene dinero, La Laguna tiene algodón y por eso los laguneros nos la pasamos en el vacilón'. Algo queda de eso”.

Carlos Castañón dijo que el momento de mayor esplendor de la zona de tolerancia ubicada al poniente de la ciudad, en la colonia Maclovio Herrera, fue entre las décadas de los sesenta y ochenta porque en el sitio se toca rock, se únicamente a bailar o a jugar al billar. E incluso mucha gente trasnochada acude a cenar a la zona de tolerancia, donde nace el consumo de los tortillones.

“No necesariamente se iba al sexo, había gente que iba a tomar una cerveza, a bailar, realmente era una ciudad dentro de la ciudad. Cuando se da el cierre en el año 1991 por el alcalde Carlos Román Cepeda, prácticamente ya estaba dispersa la prostitución en la ciudad".
“El cierre de la zona lo único que hizo fue reafirmar esa tendencia. Actualmente el fenómeno de la prostitución ha cambiado, porque si antes estaba a la vista de todos en una zona delimitada, con caseta de cobro y barda perimetral con más de cien cantinas, bares, hoteles y cuartos, hoy es más discreta, oculta, que se ha trasladado a las redes sociales. Recuerdo que lo compartía el teniente Adelaido (Flores Díaz), que dice que hoy está en Only Fans, un poco como queja lo decía”.

La prostitución masculina

Un episodio que no deja de lado Roja es la luz ocurrió dentro de la administración del panista Guillermo Anaya como alcalde de la ciudad, quien impulsó redadas sobre la presunta prostitución masculina en el primer cuadro de la ciudad, acuñando la frase “El que parece es”.

“El libro narra este episodio, de hecho el libro llega al año 2005 y narra como las prostitutas y la comunidad LGTB toman la presidencia en reclamo a un reglamento homofóbico y discriminatorio que hoy estaría penado, de hecho se tuvo que derogar, lo narro en el libro y es muy interesante porque el libro empieza con mujeres pero termina con hombres".
“¿Qué quiero decir con esto? Que se intercambia el género, es decir, la zona en sus últimos días era esencialmente de hombres para hombres, había una gran cantidad de gays, travestis. La prostitución masculina pasa de ser penada y vilipendiada, incluso prohibida en la ley, en los reglamentos, a hacer aceptada, derogada y liberada en el ámbito público, transitando de la intolerancia a la tolerancia, por fortuna”.

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