Sandra Berenice obtuvo su casa en Quintas del Nazas hace dieciocho años. Todos los días había disponibilidad de agua y podía bañarse o incluso lavar la cochera y regar las plantas con gusto, pero, desde hace cinco años las cosas cambiaron.
Primero debió comprar una bombita. Luego llegó el hidroneumático y dos tinacos. Por la instalación pagó 8 mil pesos y una vez que dejó trabajando en automático el aparato se quemó.
Lo mismo le ocurrió a María Lorena, que apunta, debe levantarse temprano para poder tomar agua y guardarla, incluso en los garrafones que utiliza para surtirse de agua purificada. Aunque saben que cada fin de la primavera o a inicios del verano las cosas se ponen feas para tener agua en la casa, advierten que si las autoridades no piensan en invertir recursos para mejorar las líneas de conducción, las cosas pueden tornarse dramáticas.
“O sea, sí había agua, cuando nos cambiamos sí había la presión normal pero que será, tiene como unos cinco años que tenemos que estar casi casi pescando el agua porque a ratitos sale y eso en chorritos”, comentó Sandra Berenice.
Guardar agua
“Yo sí almaceno porque de hecho aquí no hay agua. Yo estoy limpiando pero de adentro, del agua que tengo adentro saco porque si abres la llave ahorita ni con bomba o con hidro sale. Tuvimos que poner el hidro por lo mismo porque teníamos bombita pero se queman porque no sale a ciertas horas. Dura mucho tiempo sin haber agua”, explicó María Lorena.
Estas mujeres y sus familias paradójicamente viven a poca distancia de la central del Cuerpo de Bomberos ubicada en el oriente de la ciudad, anexa a la dirección de Seguridad Pública Municipal, y aunque saben que el líquido lo utilizan estos trabajadores para apagar el fuego, no han descartado la posibilidad de pedirles ayuda ante la falta de agua potable en sus domicilios.
“Desde que empezó en toda La Laguna eso del problema, fue en todas las colonias. Aquí siempre había y a la hora que usted la quería utilizar le abría y salía, pero del tiempito este para acá tenemos que pescarla, le digo, o tener un bote lleno porque no te podías ni meter a bañar porque chin, no hay, para la descarga sanitaria también y para lavar se tiene uno que levantar a las seis o a las cinco de la mañana porque igual, nosotros tenemos el hidro pero igual me pongo a lavar y me acabo el tinaco que está lleno, no sale y le tengo que apagar hasta la bomba porque se me quema”, estableció Sandra Berenice.
La situación se torna difícil porque aunque dejan las máquinas succionando, del subsuelo ya por momentos no sale nada y cada vez más las familias deben adquirir más equipo que resulta oneroso, al igual que la facturación del Simas que cada mes cobra en promedio a estas mujeres 800 pesos mensuales.
“Yo era de las que siempre echaba agua afuera aunque sea para barrer. Y resulta que me sale el recibo igual aunque ya no estoy usando igual el agua, ya no se baña uno igual, ¿por qué llegan igual los recibos? Yo lo sábados, que es el día que lavo, tengo que levantarme bien temprano porque si me acabo el tinaco, ya me fregué y ya no sale agua como hasta las siete u ocho de la noche y luego sale una nada porque todos queremos y nomás sale un chorrito”, indicó una de las entrevistadas.
RCM