Cuando se encontraba en la semana 21 de gestación, Gabriela, joven de 18 años y primigesta originaria de Cuauhtémoc, Chihuahua, fue sometida a cateterismo para la corrección de dos malformaciones cardiacas congénitas.
Gracias a la oportuna intervención de un equipo multidisciplinario de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) No. 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Torreón, ella y su bebé, que nació el 7 de julio, se encuentran en perfectas condiciones de salud.
El jefe del servicio de Hemodinamia, doctor Alberto Bazzoni Ruiz, explicó que la joven madre tenía una estrechez en la arteria principal que baja del corazón y nutre a todo el cuerpo de oxígeno, cuyo nombre técnico es coartación aórtica, y un segundo problema que era la abertura entre los dos vasos sanguíneos principales que salen del órgano cardíaco y que se denomina persistencia del conducto arterioso.
¿Qué provocan las malformaciones cardiacas?
Estas dos provocaban cifras de tensión arterial muy elevadas e implicaban un grave riesgo para la vida de madre e hijo, la única alternativa era la intervención, que al mismo tiempo era sumamente peligrosa para el bebé por las altas dosis de radiación que se utilizan.
Ante el dilema y lo inusual del caso clínico, se conformó un equipo multidisciplinario integrado por ginecólogos, pediatras, cardiólogos, anestesiólogos e intervencionistas, quienes sesionaron el tema en el Comité de Bioética hospitalario y determinaron la necesidad de operar.
Se trató de la primera intervención a una embazada con dos malformaciones de este tipo, ya que anteriormente se habían desarrollado pocos procedimientos similares, pero con sólo una anomalía.
Como parte de la técnica se puncionó la arteria femoral a través de la ingle y se hizo otro piquete en el brazo, en la arteria radial, a través de los cuales introdujeron el catéter que lograron pasar por la estrechez; dilataron la obstrucción, colocaron un tubo de malla para evitar el cierre y con el mismo se logró corregir persistencia del conducto arterioso.
Explicó el médico que en todo momento se corroboró el bienestar del pequeño y se cubrió el vientre con mandiles de plomo para evitar el más mínimo nivel de radiación.
La paciente pasó a terapia intensiva, se vigiló 24 horas, tras ser valorada por ginecología y una vez que la División de Pediatría corroboró que el bebé se encontraba bien, se canalizó a piso y egresó entre las 48 y 72 horas posteriores al cateterismo.
Gabriela dio a luz a un varón que pesó 3 kilos con 600 gramos y midió 50 centímetros. El bebé se llama Axel Tadeo y junto a su padre, también de nombre Axel, la familia se encuentra feliz y en perfecto estado.
La madre de familia señaló que en el Seguro Social recibió buen trato y agradeció a los médicos y enfermeras que hicieron posible la intervención.
Concluyó que tanto ella como su bebé han continuado la atención en Chihuahua y hasta el momento no existen indicios de algún problema.
EGO