Benigno Félix, oficial de Tránsito y Vialidad de Torreón, que a sus 72 años de edad y más de 40 al servicio de la comunidad tenía en mente retirarse próximamente, el destino le pondría enfrente otra oportunidad de desarrollo que no podría dejar pasar, formar parte del grupo de agentes que reciben curso de inglés para mejor atención al turista y al empresario extranjero.
“Aprender otro idioma a esta edad me parece algo grandioso, a pesar de que estoy por culminar mi carrera, es como ponerle un moñito a mis años de trabajo al servicio de la gente. Torreón es una ciudad que es visitada por personas de otros lados, por lo que espero aplicar lo mucho o poco que aquí aprenda”.
“Tenía pensado mi retiro pero con este curso de inglés hasta me dan ganas de seguirle”, expresó entre risas don Beni, cómo es conocido entre sus compañeros y amigos.
Entre el curso de cuatro sesiones semanales, comparte que le han enseñado cuestiones básicas para realizar indicaciones viales, como la presentación de un agente ante un automovilista que no sepa hablar español, hasta poder indicarle dónde se ubica una dirección, acciones que tiene ansias de aplicar.
Con esta decisión reafirma que siempre ha buscado tomar cualquier curso o capacitación que lo forme profesionalmente, sobre todo como persona.
Han sido más de cuatro décadas de labores, entre ser oficial de tránsito y como policía, cargo que lo llevó a ser comandante de la Policía Rural.
“En la corporación nos indican que si teníamos las ganas y el deseo de tomar este curso de inglés, me ofrecí y me aceptaron. Desde que he estado entre tránsito y policía he tomado más de 30 cursos y reconocimientos. Tengo 72 años y me siento muy bien y agradecido por aceptarme a este curso y no me queda más que echarle ganas y aprender lo más posible”.
Aunque para sus allegados pueda ser sorpresivo que a su edad decida aprender otro idioma, aunque sea básico, para Don Beni, “nunca se es tan viejo para aprender algo nuevo, es algo bonito que tiene la vida”, expresó en entrevista para MILENIO.
El oficial de tránsito fue sincero al aceptar que ser policía le dejó grandes recuerdos y reconocimientos que le dan preferencia, sin embargo, tomar su motocicleta y poner orden vial le ha dejado satisfacciones relacionadas con hacer bien su trabajo y de la manera más correcta posible.
Recuerda con nostalgia y orgullo aquel reconocimiento que le hiciera la comunidad de La Concha, por su labor por erradicar la violencia que reinaba en ese ejido, principalmente por dos bandos, a los cuales enfrentó pero de manera deportiva y alejados de las peleas campales.
“La verdad me gustaba mucho ser policía por tener grandes logros en lo personal, como el que recibí en el ejido La Concha que lo veo más que un trofeo, ahí empecé mi labor en apaciguar a los jóvenes que tenían muchos pleitos y riñas. Se apaciguó el pandillerismo, erradicamos el alcohol clandestino y hasta organizamos torneos deportivos con muy buena asistencia de los familiares de los chavos que antes peleaban en las calles”.
Su pasión, el ciclismo... ¡hasta se fue a Mazatlán en bici!
Entre sus pasatiempos de vida, señala que el ciclismo ha sido lo mejor que le ha pasado, incluso llegó a ser campeón nacional, un hobby que aún practica y considera que ha sido un deporte que lo ha mantenido vigente y activo como oficial de tránsito.
“El ciclismo es mi mayor hobby. Llegué a ser campeón nacional y gané dos Vueltas a La Laguna. Aún en septiembre pasado me fui en bici a Mazatlán”.
aarp