Sonia Angélica Villalobos Dubois es una artista muy conocida en La Laguna. Ella ha demostrado una gran competencia profesional como cantante y psicóloga, y además es madre de tres hijos menores que son el centro de su vida.
Consciente de que el tiempo es un bien no renovable, decidió renunciar a la idea de tener un trabajo de oficina por lo cual ha establecido negocios y prestado servicios desde su casa, con la única finalidad de no ser una madre ausente para sus hijos.
Ahora explica a MILENIO, su vida y la de su familia ha sido trastocada por el video que unos muchachos grabaron mientras ascendían al Cerro de las Noas en una góndola del Teleférico de Torreón, donde se escucha a una niña pidiendo ayuda.
Este video al viralizarse colocó los reflectores en la directora del Teleférico Torreón, Verónica Soto, quien explicó ante medios de comunicación que a pesar de que podría ser una broma de niños, solicitó a las autoridades apoyo, lo que inició una averiguación policiaca que no obstante, estableció Villalobos Dubois, tuvo en su desarrollo algunas irregularidades.
Debido a que Sonia vive en un departamento del edificio que se observa en el video, la policía la señaló y el DIF Torreón ahora le ha girado un citatorio para que el próximo lunes se evalúe la condición física y emocional de su hija de diez años, quien a pesar de no padecer maltrato, consideran podría estar en riesgo tomando como base solo el video que se grabó desde la calle.
“Todo empezó el domingo pasado, llegaron seis unidades de la policía y se colocaron afuera de mi edificio. Los policías empezaron a tratar de abrir la reja que siempre la tenemos cerrada por seguridad. Sin decir nada, ellos trataron de meterse y todos los que vivimos aquí nos alarmamos, nos asomamos e incluso mi esposo les preguntó cuál era el motivo y no decían nada, solo empezaron a tomarle fotos y video”.
Ante la situación Sonia decidió bajar para ver qué estaba pasando. Fue cuando le mostraron el video que se viralizó, diciéndole que estaban atendiendo una denuncia de posible violencia hacia a una niña. Al preguntarle si en el edificio vivían niños, ella respondió que esta lleno de familias con hijos.
“Me preguntan ¿dónde vive? Yo señaló el departamento, que es el que se ve a la alturita del Teleférico, vivo en un tercer piso. Y entonces me preguntan si tengo niños y respondo que sí; me preguntan si tengo una niña y de qué edad y les respondo que sí, que tiene diez años”.
El interrogatorio continúa y le cuestionan si no es su hija la niña que grita en el video, aunque fuese una broma. Y Sonia respondió que ni siquiera es su voz, motivo por el cual les propuso presentarles a la niña para contrastar la voz y que la vieran.
“Yo no tengo nada qué esconder. Me dijeron que sí, que por favor bajara. Baja mi hija, se acerca la trabajadora social que llegó en las patrullas, también armada por cierto, todos estaban armados, incluso los que hablaron con la niña, y le comenzaron a preguntar cómo se llamaba, qué edad tenía. Le dijeron: ‘¿Te regañan o te castigan tus papás? Y ella dijo: ‘Sí, me regañan cuando me porto mal’. Le preguntaron ‘¿Te pegan? Y respondió: ‘No, no me pegan’. ¿Te maltratan de alguna manera? Y ella respondió que no”.
Ese domingo hacía frío y Sonia refiere que la niña bajó en su pijama y con los cabellos revueltos al estar en casa acostada. Incluso los agentes le preguntaron si era bien alimentada a lo cual la niña dijo que sí. Al final, a Sonia le dijeron que era un trabajo de rutina y que llenarían un reporte, que estaba en derecho de no querer firmar pero que tenían que poner sus datos y los de su hija.
“Yo dije: ‘¿Disculpen, si no somos las únicas, por qué van a poner nuestros nombres ahí?’ Me dijeron que no me asustara, que era para darle procedimiento y responder al llamado de la denuncia que se hizo y ‘Aquí va a quedar, usted no se preocupe, en el reporte ponemos lo que estamos viendo, que la niña no presenta ninguna señal de maltrato o violencia o descuido así que no tiene de qué preocuparse’. A no pues, excelente, muchas gracias, les firmé el reporte".
“Desde el domingo comenzaron a pasar más patrullas, policías a pie en las esquina y ayer, jueves, llegó el DIF en la mañana, como a las nueve y cuarto, una cosa así. Eran tres señoritas ya buscándome personalmente, traían mi nombre y el de mi hija, dándome un citatorio para que acudiéramos con una licenciada al DIF para investigar a fondo que no hubiera maltrato en mi hija”.
De esta forma Sonia Angélica ahora es presunta responsable de maltrato por un video que se subió a las redes sociales de unos muchachos que paseaban a la altura de su edificio y que incluso especularon con hechos paranormales al afirmar que desde la góndola no se escucha nada del exterior, cosa que resulta una falsedad.
Ella lamenta el haber bajado para atender a los policías y el proporcionarles sus datos personales y los de su hija. Si decidió bajar, apuntó, fue para demostrarles que en su casa no existe violencia doméstica pero paradójicamente hoy es llamada por presunciones.
“Para ser honesta traté de ponerme en contacto con los muchachos que subieron el video, invitándolos a reflexionar sobre lo que hacen, les conté por mensaje lo que me está pasando, el nivel de estrés que traemos en la familia porque los policías incluso querían meterse a tomar fotos y eso ya es invasión de la privacidad. Yo intenté hablarles desde el corazón, tratando de que se hicieran conscientes en buen plan, pero ni siquiera han abierto mis mensajes”.
Sobre el citatorio que le giró el DIF Torreón, asegura que irá el próximo lunes a las diez de la mañana toda vez que es respetuosa del llamado de las autoridades y no tiene nada que ocultar. Pero establece que espera que no vayan a exagerar y les baste con la entrevista y la evaluación psicológica de su hija, sin que la hagan sentir agredida o violentada físicamente.
CALE