El próximo viernes 11 de octubre se conmemorará el Día Internacional del Huevo y de inmediato se piensa que este producto es en el desayuno la piedra angular de las familias mexicanas.
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No se trata del huevo en sí mismo y sus distintas presentaciones, sino que además es un alimento complementario a la hora de empanizar carnes y pescados, preparar unos chiles rellenos o incluso un pastel.
En ese contexto el pasado miércoles inició una campaña de venta subsidiada en las oficinas de la dirección de Desarrollo Social donde para la mañana del viernes la explanada parecía un gallinero ante el bullicio de la gente que con documentación en mano, esperó poder realizar la adquisición.
Un abuelo entró a las oficinas de Desarrollo Social y le pregunta a una funcionaria en cuál oficina puede pedir el hule para cubrir su techo porque ya se vienen las lluvias. Inmediatamente voltea a la puerta principal y señala: ‘A ver si no cambia de dirección mi huevito”.
Afuera se escuchaba el bullicio y las filas avanzaban por las carteras de 30 huevos que se venden a bajo costo con posibilidad a llevar tres a casa.
Y aunque cuesta trabajo creer que una familia dependa tanto de ese alimento, a los huevos les salieron alas en el bulevar Revolución y la calzada Colón.
El costo de la charola se estableció en 21 pesos que por tres suma un total 63 pesos y 90 piezas. Para realizar la compra, que será por tiempo indefinido debido a que se sujetará a existencias, se obliga a los interesados a proporcionar 2 copias de comprobante de domicilio, otro par de la credencial para votar, y a llenar un formato socioeconómico.
La campaña inició el pasado miércoles y podría extenderse a la siguiente semana si quedan en bodega algunas cajas. A este se suma un programa que se realiza cada martes y que pretende dotar con una despensa a los adultos mayores, en tanto que en el área de gestión social se mantienen sillas de ruedas con precios subsidiados.
Allí mismo se han puesto a la venta “kits de limpieza”, “kits de aseo personal” y previo al regreso a clases se instaló un programa de zapato escolar con un precio de 68 pesos, en tanto que también se hizo entrega de alimento para ganado caprino subsidiado, informó la funcionaria Ana Isabel Godina.
Las filas avanzaron de manera ordenada. Con el producto en las manos, las sonrisas aparecieron después de la espera. No faltó en la estampa el huevo estrellado en el piso y la pila de “merma” porque producto que los burócratas no justifiquen en entrega, les podría ser cobrado.