A pesar de que se trata de un trabajo de especialistas que, como valor añadido, brinda una imagen de inclusión institucional, el intérprete de ‘Lengua de Señas’ no es considerado como un profesional ni se le paga por sus servicios en las giras del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Al menos así ocurrió en Torreón, donde Adriana Durán Favela comenta justo este 30 de septiembre, Día Internacional de la Traducción, que para la cuarta visita del presidente se le pidió acudir al campo militar a las 5:00 de la mañana con vestimenta y maquillaje especial, pero sin que ello represente para los funcionarios un trabajo, toda vez que se observa como un servicio comunitario y ni siquiera quisieron proporcionarle un vehículo para movilizarse al lugar.
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“Creo que es importante que la gente conozca qué hacemos, a qué nos dedicamos. Nosotros somos el puente de comunicación de la persona sorda con la persona oyente, somos quienes en su defecto hacemos señas o hablamos a voz. Cabe mencionar que en La Laguna, estoy hablando que en todos sus municipios hay aproximadamente 5 intérpretes y sólo tres avalados por la comunidad de sordos”.
Durán Favela explicó que por esta razón, la mayoría de las veces es convocada para asistir las ceremonias y actividades oficiales, teniendo que hacerlo de principio a fin cuando un traductor de Lengua de Señas debe hacerlo con una duración de 15 a 20 minutos para luego ser suplido por otro traductor.
En ese sentido y hablando del trabajo que sus colegas realizan en ‘Las Mañaneras’, dijo que en otras regiones sí se hacen los cambios de traductores cada 15 ó 20 minutos, porque existe mayor disponibilidad de profesionales. Pero el pasado 26 de agosto cuando López Obrador visitó Torreón, ella se negó a traducir al presidente porque sencillamente no quieren pagar por sus servicios.
“Cuando él ha venido aquí a La Laguna a mí me ha tocado interpretarlo todo lo que dura su evento, y pues bueno, ya en esta última ocasión no accedí a ir porque al intérprete no le designan un pago, se piensa: Tú trabajas por la inclusión y tiene que ser gratis, eso también únicamente pasa en La Laguna”, apuntó la traductora.
El trabajo resulta muy demandante y seguirle el paso a López Obrador puede ser agotador pues el movimiento de las manos es inusual y cansado. Adriana Durán apunta, este trabajo lo realiza en las actividades del gobierno municipal, donde sí consideran un pago por sus servicios y se extiende la visión de que los ciudadanos sordos también deben ser considerados e informados.
“Esta última ocasión no se accedió ni a pagar el viático o el transporte en el que yo me iba a mover, entonces dije, no puedo acceder por respeto a mi trabajo, y pudimos ver que fue el único lugar en donde no se tuvo intérprete, a donde el presidente viaja siempre hay un intérprete, claro, en algunas regiones le consiguen uno patito, como en Baja California y luego son descubiertos en las redes sociales, que sólo hacen ademanes que no comunican nada”.
En su caso, dijo que fue contactada por personas del estado pero luego le llamaron directamente de Ciudad de México.
“El presidente ha venido como cuatro veces pero ya la última vez que vino al campo militar ahí sí les dije que no. Me querían a las cinco de la mañana y yo les pregunté si ellos podían pagar algún transporte y me dijeron que no. Entonces les respondí que no iría. Claro que yo trabajo para ayudar y claro que a los sordos siempre les trabajo gratis, donde ellos me digan. Pero un evento de esta magnitud se me hace incongruente que me digan que no hay para pagar un taxi”.
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