Trabajadores y propietarios de unidades del servicio concesionado de transporte público de carga y de pasajeros entrarán en una etapa de "carcachización vehicular", pues los incrementos a los combustibles dispararon refacciones e insumos hasta en 20 por ciento, lo que ha obligado a recurrir a piezas de segunda mano para corregir fallas de las unidades.
En esos términos se expresó Noé Benítez Espinosa, dirigente de la Alianza Nacional de Prestadores de Servicios y Autotransporte (AMPSA), que aglutina a unidades de pasajeros y de carga, quien destacó que están ahorcándose muchos sectores de la economía con el llamado "gasolinazo".
"Mientras, dicen ahora que las gasolinas bajaron dos centavos, las casetas de las distintas vías de cuotas de la entidad, como el Circuito Exterior Mexiquense, aumentaron de uno a dos pesos, y los garrafones de aceite pasaron de 386 pesos a 400 pesos, el filtro a más de 50 pesos y las llantas, chinas por cierto, de 500 pesos a 550. Es un robo a discreción, en las narices de la autoridad y contra todo presunto pacto económico".
“No creo que la rebaja en dos centavos en las gasolinas compense nada y lo que ya está provocando es que propietarios y operadores de unidades tengan que echar mano de piezas de segunda mano, como por ejemplo los conocidos “gallitos”, llantas usadas, mientras se van solventando otros gastos”, aseguró el líder transportista.
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“Si siguen así las cosas vamos a entrar en una etapa de franca carcachización, donde se tendrá que acudir a los deshuesados o al mercado negro para intentar mantener las unidades en buenas condiciones, porque no es un asunto de falta de refacciones derivado de problemas de importación, sino de lo carísimas que están”, dijo Benítez Espinosa.
“Esto nos está pegando como transportistas, pero también a los ciudadanos que ven cómo se están deteriorando las unidades; y todo esto les va a pegar también a los actores políticos porque la gente está muy enojada y no confía ya en lo que dice uno u otro”, refirió.
“No nos están están dejando más opción que acudir a los deshuesaderos, a los pocos que hay, y al mercado negro, porque acudir a la agencia o a reaccionarias está resultando casi un lujo”, comentó, y agregó que “pero eso sí, las autoridades exigen que las unidades estén casi reluciendo de nuevas, so pena de enviarlas a los corralones”.
Noé Benitez lamentó que el sistema de transporte en la entidad continúe la pendiente descendiente que muestra desde hace varios años, sin que nadie realmente se ocupe de resolver los problemas, agravados por la situación económica actual.
KVS