Tras crisis en 2018, Jalisco podría tener el primer panteón forense

El gobierno del estado pondrá en marcha en las próximas semanas el primer panteón forense. Ubicado en el panteón Juan Pablo II, en Atotonilco el Alto.

Este podría ser el primer panteón forense. (Jorge Martínez)
Jorge Martínez
Guadalajara /

En 2018, Jalisco vivió una de las peores crisis forenses que ha tenido el país. La acumulación de cuerpos no identificados rebasó la capacidad de la morgue, lo que obligó a las autoridades a contratar los servicios de dos cajas frigoríficas para conservar los restos humanos.

En un intento por evitar que dicha situación se repita, el gobierno del estado pondrá en marcha en las próximas semanas el primer panteón forense de Jalisco. Ubicado en el panteón Juan Pablo II, en Atotonilco el Alto, en su primera etapa podrá recibir más de un centenar de cadáveres. 

“Está listo para operar. Cuenta en su primera etapa con 160 espacios y este año se van a construir un poco más de 240”, señaló Gustavo Quesada, Director del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses.


El modelo de construcción del panteón forense de Jalisco, se basa en el aplicado en el estado de Coahuila, uno de los más modernos del país. El de Coahuila, cuenta con una planta de tratamiento de lixiviados para los desechos de los cuerpos, el de Jalisco no tiene, lo que podría causar contaminación de los mantos freáticos, señalaron empleados del panteón de Atotonilco.

El primer intento por edificar un panteón forense en Jalisco, se remonta al año 2014. Tras la prohibición de cremar cuerpos de personas asesinadas para no destruir la evidencia. En aquellos años, se pensó en el municipio de Magdalena, en la región valles del Estado, como sede para el primer campo santo forense, sin embargo, una serie de amenazas del crimen organizado a los directivos que entonces encabezaban el IJCF paró el proyecto.

Los altos índices de violencia que sufre el estado desde aquellas épocas, provocó que el problema de la acumulación de restos humanos no identificados creciera como bola de nieve. En 2018, la situación se salió de control. La morgue se saturó, los cuerpos deambularon por varios puntos de la ciudad en dos cajas de tráileres refrigeradas. Tras destaparse el escándalo, el entonces gobernador Jorge Aristóteles Sandoval, ordenó habilitar varias gavetas en el panteón Guadalajara, el de Coyula, en Tonalá, y el panteón –Nuevo en El Salto, para depositar los cuerpos no reclamados.

A cuatro años de distancia del incidente, MILENIO realizó un recorrido por los campos santos habilitados como panteones forenses en la zona metropolitana de Guadalajara. En el Panteón de El Salto hay 438 restos humanos, la mayoría sin identificar. Las gavetas están señaladas con números y letras para facilitar la ubicación de los cadáveres en caso de que sean reclamados.


En lo que va de la administración del gobernador Enrique Alfaro, más de mil cuerpos han sido identificados, sin embargo, no todos han sido reclamados. Algunas familias optaron por dejar los restos de sus seres queridos en las gavetas por falta de recursos para sepultarlos.

“Ahorita tenemos solo por una vía 666, más de la mitad ya entregados, estamos hablando de 222 inhumados ya se conoce su identidad, pero por otra vía, cuál de las huellas dactilares en la base de deditos tenemos varios identificados porque hicieron match con un familiar que los buscan. Entonces, tenemos un promedio de 666 por INE, casi comparable el número de identificaciones por genética, y por huellas dactilares 150 el rededor”, dijo Gustavo Quesada, Director de Ciencias Forenses.

Para los familiares de personas desaparecidas, la creación del panteón forense no es la solución para facilitar la identificación de cuerpos porque las autoridades no tienen interés en resolver de fondo el problema de violencia.

“Nos vamos a llenar de panteones pero lo que necesitamos es que lo que tiene el Instituto se identifique. ¿Para qué queremos tantos panteones mientras ellos no identifiquen lo que tienen ahí en el instituto, para qué sirven las siendo panteones?”, dijo Esperanza Chávez, integrante del Colectivo x Amor a Ellos.
“Nosotros como colectivos fue lo que decimos, vinieron las familias de Sonora abrir fosas pero ¿qué nos ganamos con que abran y abran fosas? si el Instituto se está llenando de cuerpos pero sin identificar, entonces hay que dejarlos mejor descansar donde están, después que el instituto tenga lugar donde se puedan hacer todos los estudios entonces ya podemos sacar los obligar identificar esos cuerpos que están ahí” reclamó Esperanza Chávez, integrante del Colectivo x Amor a Ellos.

ledz

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