Las víctimas que fueron asesinadas por elementos del Ejército mexicano en la Sierra de Ajuchitlán del Progreso en la Tierra Caliente de Guerrero fueron entregados a sus familiares la noche del viernes 7 de diciembre.
Los restos de Pablo Rojas Terán; Gervasio Bernardino Duran, José Isabel Rojas Bernardino, Apolonio Hernández Bernardino y Bartolo Rojas Nazario, forman parte de un grupo de ocho personas que hace más de 50 años los mataron.
Los familiares de las víctimas permanecieron en las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE), desahogando el papeleo encaminado a la liberación y entrega de los restos exhumados de fosas clandestinas.
Más tarde pasaron a las instalaciones del Servicio Médico Forense de Chilpancingo (Semefo), donde uno a uno los cuerpos fueron depositados en ataúdes de madera, que formaron en el patio principal, con unos modelos de arreglo floral y protegidos por la bandera nacional.
Ahí realizaron una oración y se entonó el himno nacional.
Posteriormente fueron trasladados en tres carrozas hasta la Zona Militar, ubicada sobre los carriles sur-norte del boulevard Vicente Guerrero.
Los féretros fueron bajados uno a uno, se colocaron en una formación simple, justo frente a la puerta de acceso de la 35 Zona Militar.
Las familias lanzaron consignas para exigir justicia, haciendo notar que los elementos de las fuerzas armadas se colocaron en contra de la clase campesina, a la que agredieron por la simple sospecha de estar relacionados con la guerrilla de Lucio Cabañas Barrientos o Genaro Vázquez Rojas.
"Gobierno, asesino, que mataste campesinos", eran las consignas que gritaban los deudos de las víctimas de la Guerra Sucia.
En un breve mensaje dirigido en el lugar, el cual estuvo iluminado con faros de coches particulares, se hizo hincapié en el hecho de que las fosas en donde permanecieron sepultados clandestinamente durante más de 50 años, fueron cavadas de manera obligatorio por sus propios familiares.
Se dijo además que, a partir de la búsqueda incansable de sus familias, se ha logrado dar con por lo menos trece puntos de búsqueda.
El acto duró alrededor de 10 minutos.
Después, los cuerpos fueron trasladados hacia a la Alameda central Granados Maldonado, dónde se les rindió un homenaje.
Falta por identificar dos cuerpos más y otro permanece en calidad de desaparecido, del grupo que fue asesinado en la Sierra de Ajuchitlán del Progreso.
LG