La noche en la que azotó el huracán 'Otis' en Acapulco: Terror y destrucción

Al final, la tormenta dejó un saldo de 57 muertos y 24 desaparecidos, y la ciudad, sumida en la oscuridad, enfrentó problemas de salud por los escombros y una crisis económica.

Huracán Otis: Un año de tragedia y resiliencia en Acapulco | Diseño: Margarita Salmoran
Omar Brito
Guerrero, México /

Hace exactamente un año, los habitantes de Acapulco vivieron una de las peores noches de su vida, cuando el huracán Otis aceleró y en un solo día pasó de categoría 1 a 5 antes de impactar el puerto y causar una ola de destrucción masiva desde Pie de la Cuesta hasta punta Diamante.

Las personas se refugiaron donde pudieron, la mayoría en sus hogares u hoteles, desde donde sintieron el poderío de la naturaleza que después describieron como un monstruo que rugía y golpeaba con fuerza descomunal.

Al amanecer del 25 de octubre de 2023, la devastación fue confirmada. Las calles de las colonias bajas y altas del municipio, así como la Costera Miguel Alemán, estaban destruidas. 

Incluso la Marina empleó protocolos de zona de guerra, pues no hubo energía eléctrica o telecomunicaciones por días, en algunas colonias por semanas.

Los postes y árboles caídos, además de los vehículos volteados y destruidos, dificultaban el paso. El Ejército tardó tres horas para llegar a las zonas más afectadas, pues los soldados tuvieron que cortar y mover cientos de troncos con machetes y hachas.

Los edificios parecían haber sido afectados por un sismo, con pisos completos destruidos, plafones tirados, gran parte de los vidrios hechos trizas, que pisaban quienes buscaban algo de comer o beber.

La desesperación obligó a cientos de personas a saquear tiendas de autoservicios y minisupers, pero ante la nula acción de la Guardia Nacional y la Policía (que recibieron órdenes de no confrontarlos) se descontroló.

Por las calles aún inundadas, enlodadas y con escombros, se observaba el robo total de las tiendas y comercios. Decenas, cientos, de personas entraban a tiendas como Tommy Hilfiger, que no volvió a abrir sus puertas en Acapulco, o el Señor Frogs, del que se llevaron hasta las ranas de metro y medio que adornaban la entrada. 

Era común verlos con pantallas, herramienta o lo que pudieran cargar. Se robaron vehículos de las agencias, motos y hasta refrigeradores de los Oxxos. Muchas de las cosas fueron recuperadas posteriormente con operativos.

El día después de la llegada de Otis

Las primeras imágenes de la devastación comenzaron a salir del puerto con la entrada de los vehículos de emergencia de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y del Ejército que compartían por momentos señal de internet satelital. 

El mayor impacto fue el sobrevuelo de drones sobre los yates y embarcaciones totalmente desechos o hundidos. Algunos fueron a dar a la Costera.

Muy temprano aún había incertidumbre si hubo muertos por el embate del meteoro, que golpeó por dos horas con vientos de hasta 300 kilómetros por hora, pero al paso de las horas se fue despejando. Decenas de cuerpos fueron hallados en las calles, otros en el mar y la playa, y algunos siguen desaparecidos. La cifra es de 57 muertos y 24 desaparecidos, aunque hay diferencias entre los distintos niveles de gobierno.

Llegó la noche para mostrar lo que no se veía en décadas; Acapulco inmerso en la oscuridad y el silencio. Los saqueos continuaban y los hoteles seguían escurriendo tras ser inundados por Otis de arriba hacia abajo.

El entonces presidente Andrés Manuel López Obrador llegó directo a la zona naval para conocer el saldo y se regresó a la Ciudad de México de inmediato

Solo se conocieron imágenes de cuando su vehículo, un Humvee militar, se atascó al tratar de llegar por la carretera federal, pues la autopista continuaba cerrada de manera intermitente por deslaves. Los accesos por el maxitunel, macrotunel y demás vías se encontraban colapsadas por turistas que buscaban salir y quienes querían entrar.

La dificultad para ingresar también retrasó la llegada de ayuda, que en su mayoría era transportada por el Ejército. Esto era atizado por la falta de transporte público.

El esfuerzo de World Central Kitchen, otras organizaciones y de particulares dieron un poco de luz a la gente que no conseguía insumos básicos.

Problemas de salud que llegaron tras Otis

En las calles surgía la pregunta de dónde estaban las autoridades, pues no se vio a la gobernadora Evelyn Salgado hasta 20 días después.

Una semana después, la basura y escombros se convirtieron en un problema de salud, pues no era removida. El municipio no contaba con camiones ni rellenos sanitarios suficientes, pues en dos horas, Otis generó la basura de dos años. Fueron 600 toneladas.

Meses después Acapulco intentó retomar la normalidad, pero la falta de turistas comenzó a afectar la economía del día a día. Hubo apoyos del gobierno por 15 mil millones de pesos para reconstrucción, limpieza y comercios. Además, se entregaron 250 mil paquetes de electrodomésticos.

Llegó diciembre y una de las primeras pruebas de superación para el puerto turístico, que no tenía suficientes habitaciones, pero que abrió sus playas para quienes quisieran acampar.

La presidenta municipal Abelina López garantizó la seguridad de quienes se quiisieran quedar en la playa para observar la gala pirotécnica.

En 2024, Acapulco dio muestra de la resiliencia de su gente que ahora se recupera del paso del huracán John, que, sin tanta fuerza como Otis, inundó miles de casas, poniendo a prueba nuevamente a los habitantes de Guerrero.

MO

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