Las calles son algunos de los espacios públicos compartidos más fundamentales, pero también son de los más desafiantes y pasados por alto. Ahí la calidad de vida se beneficia o afecta, con mejores diseños se pueden crear calles más seguras y por lo tanto, se pueden salvar vidas.
Los accidentes de tráfico, son uno de los enemigos más implacables de las sociedades postmodernas, una epidemia difícil de frenar especialmente en las regiones en desarrollo, donde se registran el 90% de las muertes, a pesar de contar con solo el 48% del parque mundial de vehículos matriculados.
Según información de la OMS (Organización Mundial de la Salud) cada año mueren 1.3 millones de personas en las carreteras del mundo entero y entre 20 y 50 millones padecen traumatismos no mortales. Los accidentes de tránsito son una de las principales causas de muerte en todos los grupos etarios y la primera entre personas de 15 y 29 años.
Los traumatismos por accidente de tránsito siguen representando un importante problema de la salud pública, para reducir la cantidad de muertes y traumatismos por accidentes de tránsito es necesario adoptar un marco holístico como el enfoque de sistemas de seguridad con el objetivo de garantizar un sistema de transporte seguro para todos los usuarios de las carreteras.
Los usuarios vulnerables (los peatones, los ciclistas y los conductores de vehículos motorizados de dos y tres ruedas) de la vía pública representan la mitad de las muertes por accidente de tránsito a nivel mundial.
La proporción de muertes de usuarios vulnerables de la vía pública por accidente de tránsito es mayor en los países de ingresos bajos que en los de ingresos altos, a medida de que aumenta la velocidad media, también aumenta la probabilidad de accidente y la gravedad de sus consecuencias, el aumento en 1km/h de la velocidad media del vehículo se traduce en un aumento del 3% en la incidencia de accidentes mortales.
En Torreón en el transcurso del mes de enero a octubre del 2018 han ocurrido en total 180 atropellamientos a peatones y 159 atropellamientos a ciclistas.
Como una solución a los conflictos de tránsito y accidentes viales está el urbanismo ciudadano o urbanismo táctico, el cual propone detonar por medio de intervenciones acotadas y de bajo costo, cambios a largo plazo en el espacio público.
La estrategia consiste en crear escenarios temporales que visibilicen un problema específico y la formación de intervenciones puntuales para solucionarlo, buscando incorporar a la comunidad para otorgarle relevancia.
Se trata de una propuesta que por medio de vistosas intervenciones temporales, busca detonar cambios en la vida urbana, el resultado es cuestionable e incluso iluso, pensar que la solución a los problemas relativos al espacio público, los conflictos de movilidad o la necesidad de servicios y equipamientos en las ciudades se puedan resolver mediante pintura de pavimento, asientos de pálet, conos, unas vallas o unos macetones.
La idea de esta práctica consiste en hacer pequeñas apuestas donde se ponga en evidencia con esta práctica que se pueden reducir los riesgos de accidentes viales, sin hacer derroche de recursos, estas apuestas son lo suficientemente pequeñas, donde si fallan simplemente se puede avanzar sin daño real a la viabilidad de la ciudad y si tiene éxito podemos duplicarlas en otros lugares, las apuestas pequeñas son baratas, son factibles y podemos obtener retroalimentación instantánea de la comunidad sobre su resultado antes de invertir en un megaproyecto.
Actualmente se están analizando los resultados de una intervención urbana que se llevó acabo en las intersecciones de la calle Cepeda con los bulevares Independencia y Constitución.
*Publicación a cargo de Instituto Municipal de Planeación y