Es probable que alguna vez hayas escuchado la idea de que la ocurrencia de varios sismos en una zona podrían evitar un gran terremoto porque, de apoco, se libera la energía contenida en las placas tectónicas en pequeñas cantidades y no toda, en un solo temblor.
Sin embargo, esta creencia es errónea y el Servicio Sismológico Nacional lo califica como un mito.
En su cartel llamado Mitos y realidades, el organismo dependiente de la UNAM explica que la energía liberada por los pequeños sismos es "despreciable" en comparación con la energía liberada por un gran terremoto.
Además, los pequeños sismos no sólo no evitan que ocurra un gran sismo, sino que podrían generar que, contrario a lo que se cree, ocurra uno.
"Después de ocurrir un fuerte temblor en una región, el ciclo de recarga de energía de deformación en las rocas se inicia nuevamente, pudiendo acumularse energía más rápidamente que la energía liberada con la ocurrencia de eventos de magnitud pequeña", dice el folleto del SSN.
Entre los mitos que desmiente el SSN, están que los sismos no son predecibles y que todos los sismos son trepidatorios y oscilatorios, no uno u otro, como se cree.
"Al generarse un temblor, las ondas sísmicas se propagan en todas direcciones provocando el movimiento del suelo tanto en forma vertical y horizontal. Es decir, un sismo contiene ambos movimientos en todo momento", explica.
Añade que mientras más cerca se esté del epicentro, el movimiento se percibirá por trepidatorio en tanto que en lugares de suelo blando, como en la Ciudad de México, los sismos se sentirán oscilatorios.
RLO