El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, calificó como una vergüenza lo que sucede en Iguala de la independencia, Guerrero, por ello consideró que hace falta voluntad política para disminuir el nivel de violencia recrudecida en los últimos días.
Rangel Mendoza consideró que en realidad es complicado lo que sucede en Iguala, pues son muchos los años en los que dicha ciudad, ubicada en la región norte del estado, ha permanecido sin lograr entrar en un verdadero proceso de estabilización.
“Casi es una vergüenza a nivel nacional, recuerden el caso de Ayotzinapa y los 43 normalistas desaparecidos, la masacre a más de 20 personas y su asesinato a machetazos, entre otras cosas que han manchado el ambiente en esa parte del estado”, comentó el prelado.
Indicó que lo ideal es alcanzar la paz y la concordia, por lo que se debe hacer un llamado persistente a las autoridades.
“La verdad es que se hace mucho alarde de las autoridades, de la Guardia Nacional y del propio Ejercito, por eso es necesario que se pongan suficientes elementos para que pueda cambiar la situación que ahí prevalece”.
Indicó que se sabe muy bien quienes son las cabezas más visibles de los grupos delictivos y, por lo tanto, existe la necesidad de establecer los contactos correspondientes para disminuir la confrontación.
“Sabemos que siempre han existido acuerdos entre los actores políticos y los grupos criminales, debemos hacer lo necesario, con voluntad política para terminar con la zozobra”, anotó.
El líder religioso deseó que con el cambio de gobierno las cosas puedan cambiar, pues a la administración actual el tiempo se le ha agotado en la atención a diferentes problemas.
A pregunta expresa, dijo que no ha tenido la oportunidad de platicar con ninguno de los líderes de los grupos delictivos que operan en Iguala, aunque sí con las organizaciones que tienen presencia en Taxco y Tetipac, lugares en donde aseveró, se está a poco tiempo de lograr una conciliación.
JLMR