El asesinato de diez integrantes del grupo Sensación Musical en Chilapa, Guerrero, dejó familias que lo perdieron todo; dos madres abandonadas, ocho viudas y 23 huérfanos.
Desde el viernes, cuando confirmaron el ataque de civiles armados contra las dos camionetas del grupo Sensación Musical, gran parte de la comunidad de Alcozacán, municipio de Chilapa, se concentró en la carretera estatal que va hacia Hueycantenango para reclamar los 10 cadáveres.
Más tarde, tratando de contener las lágrimas, familiares de las víctimas acudieron para identificar los cuerpos de sus seres queridos.
Padres, hijos, esposos. Los que fueron asesinados
Israel Tolentino Ahuelicán era un joven de 24 años, ya no radicaba en Alcozacán, al igual que su madre fue a buscar un mejor nivel de vida en Cuernavaca, Morelos.
Sin embargo, a Israel lo alcanzaron los usos y costumbres de la comunidad, pues fue elegido en asamblea para prestar servicio como Topil durante un año, eso implicaba convertirse en uno de los principales colaboradores de la comisaría, lo que propició que conociera y se casara con Feliciana, de 21 años, con quien tuvo dos hijos.
Aunque su madre le pidió no atender el mandato, él insistió en cumplir con los usos y costumbres, pero aseguró que sólo estaría un año de servicio y posteriormente regresaría a Cuernavaca.
Israel estaba en el proceso de cumplir el mandato de la comunidad, con la intención de obtener ingresos se alquiló como chofer de una de las dos camionetas propiedad del grupo Sensación y fue asesinado el viernes.
De los dos hijos que deja en la orfandad, el más pequeño tiene cuatro meses de nacido y no alcanzó a registrarlo para asignarle un nombre, todavía no decidía como llamarlo y sólo se refería a él como gordito.
Cándido Fiscaleño Hlario tenía 20 años de edad y una hija, su esposa Aurelia apenas tiene 16 años.
José Julio Fiscaleño tenía 37 años y una niña de tres. Regino Fiscaleño Chautla tenía 27 años, no estaba casado ni tenía hijos.
José Marcos Baltasar Fiscaleño tenía 36 años y con su muerte dejó a seis niños en la orfandad, todos ellos acompañaron a la viuda durante la protesta que se realizó en la carretera.
Juan Joaquín Ahuejote era el ingeniero de audio del grupo, tenía 42 años y cuatro hijos, que ahora son huérfanos.
Florencio Linares Jiménez, de 32 años, era soltero y no tenía hijos.
Crescenciano Huapango Migueleño era chofer de una unidad del grupo, tenía dos hijos y su joven esposa está embarazada, a pocas semanas del parto.
Antonio Mendoza Tolentino, de 24 años, era el responsable de acomodar todo lo eléctrico y tras su muerte, dejó a su esposa embarazada.
Israel Mendoza Pasado es una de las diez personas que murieron, tenía 15 años y era el únco de las víctimas que sabia tocar un instrumento musical: la batería.
Israel era hijo único de la dueña de las camionetas y el equipo que se perdió al ser calcinado por los agresores. Su padre fue quien fundó la agrupación, aunque la mujer explicó que hace mucho que “se fue lejos y nunca regresó”.
El joven baterista la ayudaba coordinando los traslados del equipo y cuidando que los trabajadores desarrollaran sus actividades en orden, por lo que la mujer perdió prácticamente todo.
Los contrató el grupo 'Conquistador'
Madres y viudas de las víctimas explicaron que la agrupación fue contratada por otro grupo musical llamado Conquistador, de la comunidad de Tlayelpan, para que usarán operaran y usarán su equipo de audio, luces y cuestiones técnicas.
Entre las víctimas no hay músicos, pues no viajaban en las camionetas. Las personas muertas eran dos choferes, un ingeniero de sonido, un electricistas, cinco ayudantes y un encargado de vigilar el desempeño de los trabajadores.
RLO