La conservación ecológica en la costa sur de Jalisco siempre ha sido una preocupación creciente de las comunidades biólogas dedicadas a la defensa del medio ambiente. Especialmente, cuando existe una importante red de ecosistemas costeros con alta biodiversidad valorada a nivel internacional.
Gran parte de dicha riqueza biológica, se concentra en la costa del municipio de Tomatlán. Solo en esa parte, se han identificado y añadido 12 sitios humedales de relevancia a la convención internacional RAMSAR de la UNESCO.
Lo que significan puntos de referencia e investigación mundiales para biólogos y naturalistas. Pero también el reconocimiento de zonas donde hay una exagerada cantidad de especies de flora y fauna que habitan en estado salvaje.
Dos de estos ecosistemas valiosos que la comunidad ha urgido rescatar son la laguna de Chalacatepec y la de Xola-Paramán, ambos sitios RAMSAR y de los más grandes en la zona de Tomatlán.
Su riqueza natural ha sido estudiada a fondo y los recursos biológicos que aportan son importantes. Chalacatepec posee 1093 hectáreas de extensión y es esencial para la reproducciónde aves acuáticas, tanto permanentes como migratorias, así como tres tipos de manglares protegidos por NOM-059-ECOL-2001. Hasta 59 tipos de peces sobreviven en sus aguas.
Cerca de ahí, está el estero y laguna Xola-Paramán, con 703 hectáreas y muy similar riqueza. Entre los dos cuerpos de agua, albergan al 70% de las especies de aves observadas en la costa de Jalisco. Decenas de mamíferos y reptiles también forman parte de sus huéspedes.
Sin embargo, durante las últimas tres décadas,la invasión desmedida y no planificada de rancheras y la tala no sustentable, además del crecimiento urbano en las partes altas, han amenazado a las capas de selva subcaducifolia así como los escurrimientos de agua que recargan de agua a estas lagunas. También, dado que son cuerpos salinos, la extracción de sal es una industria creciente que impacta de forma significativa, junto a la pesca no regulada.
Todo esto ha generado que el interés por la conservación en dichos sitios crezca y obtenga visibilidad. En el 2012, en la playa de Chalacatepec comenzó a oficializarse la instalación de un desarrollo turístico con una gran inversión de por medio.
Para tranquilidad de los biólogos y la población local, Xala, el destino turístico que actualmente ahí se construye, será un complejo de baja densidad y muy reducido impacto ambiental. Pero además, apoyará la conservación de las dos lagunas y sus ecosistemas, vigilando que ya no haya más daños a la biosfera.
Ubicado sobre 1200 hectáreas en un triangulo entre la playa y los dos sitios RAMSAR, el desarrollo de grupo RLD ha anunciado que creará una zona de reserva natural totalmente protegida con más de 500 hectáreas de ecosistema. Mismas cuyo único destino será seguir existiendo y cumplir su función biológica, sin ser alteradas por el ser humano.
De la mano de biólogos, por años la empresa ha trabajado para planificarse en un esquema de baja huella de carbono, y siguiendo un estricto régimen de Plan de Manejo Ecológico Local.
Un proyecto para la restauración de la laguna Xola-Paramán también está en curso, con el objetivo de recuperar sus recargas naturales de agua y evitar su desecación.
Mientras que el campamento tortuguero de la playa es uno de los grandes protagonistas, los biólogos del sitio tendrán una nueva y mejor sedecon la llegada de Xala, para vigilar y cuidar del anidamiento de tortugas y monitorear el estado de la flora y fauna.
Quienes por años han pedido mayores esfuerzos gubernamentales para conservar ambas lagunas patrimonio de la UNESCO, coinciden ahora en que la presencia de un proyecto privado como el que está desarrollando RLD, beneficiará al ecosistema y a toda la comunidad.
Ya que la vigilancia constante del espacio ya juega un papel importante para evitar su saqueo y explotación, pero también la presencia de una infraestructura de accesibilidad facilitará la valoración de toda el área por parte de pobladores, que tendrán rutas específicas para llegar hasta la playa, acabando con la apertura de brechas clandestinas.
Finalmente, los desarrolladores están conscientes desde un principio de que el proyecto tenia que respetar el medio ambiente, y conservarlo ayudará a volverlo al mismo tiempo el mayor atractivo turístico.
Las palabras de Ricardo Santa Cruz Mahoney director general del proyecto Xala, han dejado tranquilos a la comunidad y ambientalistas:
“Tenemos muy claro la forma en que tenemos que desarrollar el proyecto para no solo proteger sino mejorar la calidad ambiental del sitio. Por eso hemos creado un proyecto de muy baja densidad con responsables planes de manejo que garantizarán el cuidado y restauración de los ecosistemas”.