A cabalgar por Navarra

España

Navarra tiene tres regiones geográficas: al sur, la semidesértica; al centro, los valles, colinas y viñedos, y al norte, las montañas que miran al cantábrico.

Se trata de una comunidad foral (de acuerdo con el régimen de autonomía) que fue un reino disputado por siglos entre las coronas francesa y española.

En sus montes se creó el euskera (idioma vasco) y su capital es Pamplona, una de las más hermosas de España.

A través del Centro Hípico Añezcar, existe la posibilidad de recorrer a caballo las distintas zonas de Navarra, pasando por pueblos y senderos a los que no habría acceso en automóvil o en ferrocarril.
Hay tres temas fundamentales que abarca el turismo ecuestre en Navarra. Por un lado, el inicio del Camino de Santiago en Roncesvalles; por otro, la naturaleza del norte de España y también la historia y la cultura que encontrarás en los pueblos a lo largo del camino.

Si no has montado anteriormente, no hay nada de qué preocuparse, ya que los profesionales de la federación hípica te llevan paso a paso, además de que te dan consejos muy valiosos para te conviertas en todo un experto.

Empieza el recorrido

Comenzamos a recorrer de norte a sur, al mediodía, este espectacular lugar. A lo largo de la travesía, la gente de Añezcar nos deleitaba con comidas de campo, incluyendo los ingredientes tradicionales de la cocina navarra, que iban desde las verduras con denominación de origen hasta los embutidos de altísima calidad de la región, todo esto acompañado por vinos tintos y blancos, así como sidras que deleitaron nuestro paladar.

Los cuatro días salimos muy temprano por la mañana. El primer día salimos rumbo a las Bardenas Reales, el desierto más septentrional en Europa. El segundo, cabalgamos en los alrededores del Monasterio de Leyre, sobre el Camino de Santiago Aragonés y por los enormes túneles de Lumbier, por donde hace décadas pasaba el ferrocarril.

El tercer día cabalgamos desde Roncesvalles, donde inicia el Camino de Santiago francés, hasta Olloqui, donde vivimos una de las experiencias más memorables: entramos a Pamplona a caballo, pasando por la antigua muralla y llegando al edificio del ayuntamiento en pleno día de juevintxos.

El cuarto y último día, cabalgamos en los alrededores de Lekunberri, a unos pasos del País Vasco, en la parte norte navarra, el espeso bosque y la niebla nos dio un panorama francamente maravilloso.
Menta fue la yegua que nos tocó montar, noble y grandulona, fuerte y con carácter, bajo la guía de Jesús, un excelente jinete y mejor guía. Así son los caballos y las experiencias de Añezcar en Navarra.

Andar a caballo nos permite ver la vida desde otro punto; significa recorrer por unos días, lo que durante siglos el hombre recorrió, de un continente a otro, siendo uno mismo con el caballo, tal como lo imaginó nuestro tlatoani cuando Cortés llegó a la gran Tenochtitlán.

La historia del mundo ha pasado y se ha escrito en la silla de un caballo, en perspectiva son siglos los que estos nobles animales han servido para la guerra, para la paz y ahora, gratamente para el turismo.

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