Alejandra Higareda es una visionaria en el mundo de la comunicación digital y la moda, conocida por su papel como fundadora de Malvestida, una plataforma que desafía los estereotipos y promueve la inclusión y la diversidad.
Desde su creación, hace ocho años, Malvestida es un espacio clave para quienes buscan romper con los estándares tradicionales de belleza y abrazar una identidad más auténtica y plural, ya que no solo ofrece contenido de moda, sino que también aborda temas relevantes como el feminismo, la autoestima y la representación en los medios de comunicación, convirtiéndose en una voz influyente para las nuevas generaciones que buscan un cambio en la narrativa convencional.
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De ahí nació Existir suavecito, un libro donde Higareda ha buscado reunir gran parte de las lecciones aprendidas a través de su plataforma.
“Lo que hacemos es abordar temas que son muy complejos, pero desde un lenguaje muy cercano e incluso con humor. A lo largo de todos estos años en Malvestida ha habido un montón de reflexiones, herramientas y entrevistas con gente increíble que, de alguna forma, queríamos condensar en un material impreso que tuviera toda nuestra esencia —señaló Alejandra, quien realizó este trabajo junto a la editora Paola Alín—. Desde las imágenes, los colores, el texto, los enfoques, fueron una especie de celebración de todo lo que hemos trabajado estos ocho años”.
Un libro sin género
El libro salió al mercado hace unos días, y la autora confirmó que es probable que se publique una segunda parte, dada la cantidad de material que han reunido.
“Nos enfocamos en los temas que sabemos que resuenan con más fuerza entre nuestra audiencia, y los dividimos en tres partes centrales. Nos va llevando, primero, a trabajar sobre nosotres mismes, entender nuestra identidad, quiénes somos, qué nos conforma, por qué pensamos como pensamos y cuál es la versión idealizada que tenemos de nosotres mismes”, dijo.
Y agregó:
“En el capítulo del éxito tocamos esas ideas preestablecidas sobre lo que nos dijeron que era ser exitoso, el Síndrome del impostor, la hiperproductividad que vivimos, la culpa que nos da a veces incluso descansar y cómo encontrar espacios para definirnos fuera de nuestro trabajo, etcétera —puntualizó Higareda—. Cerramos con un capítulo sobre el cuerpo, un tema que da para otros tres libros; analizamos los estereotipos de belleza y la gordofobia, y qué tienen que ver con la moda y el estilo, sin olvidar otras reflexiones sobre clasismo y racismo, que son un tema urgente para todos”.
También aclaró que, aunque muchos de los temas puedes parecer dirigidos especialmente al público femenino, lo cierto es que Existir suavecito no está dirigido a ningún género en particular.
“Si bien es cierto que la mayoría de los temas que abordamos tienen que ver mucho con la violencia que se ejerce hacia las mujeres y hacia las personas de la diversidad LGBTIQ+, este no es un libro que solo puedan leer las mujeres o las personas no binarias. Y es gracioso, porque muchos hombres se acercan y nos dicen que Malvestida es un medio para mujeres, cuando nosotros lo definimos como un medio con información, que sí habla mucho de mujeres, pero que en realidad es accesible para cualquier persona, porque toca temas que nos involucran a todes como sociedad”, aclara.
Nada es estático
Acerca de las reflexiones que el libro contiene, Alejandra afirma que muchas han tranformado su propia vida.
“Hay algunas grandes verdades como la de que nada es estático. De pronto nos han hecho creer que las cosas son de una forma y ya está, y que así tienen que perpetuarse a lo largo del tiempo. Pero cuando te pones a analizar la historia, te das cuenta que nunca ha sido así. O sea, la sociedad, la cultura, los seres humanos, nuestros pensamientos, las religiones y las ideas siempre han cambiado a lo largo de la historia. Porque estamos hablando de sociedades vivas, de personas”, comenta.
“Otra conclusión a la que llega Existir suavecito es que siempre hay que cuestionarnos, no importa la edad que tengamos. Para lograr nuestra mejor versión de nosotros, al final tiene que haber una deconstrucción y ese es un proceso que no termina. No es como que ya llegaste a un nivel y de pronto eres un ente elevado. La realidad es que siempre habrán cosas nuevas que te vas a tener que cuestionar y eso es algo que a mí me emociona mucho personalmente, pues he descubierto con los años y me da también mucha paz saber que estoy cultivando en mí la flexibilidad para entender que el día de mañana llegará con nuevas problemáticas y nuevos temas por aprender”, añadió la autora.
Y sobre los ideales que la impulsan a seguir adelante con Malvestida, Alejandra tiene muy claro el camino a seguir.
“Para mí no hay otra forma de vivir que no sea persiguiendo estos ideales o esta búsqueda de justicia y de equidad para todas las personas. Obviamente sabemos que son temas súper complejos y atravesados por un montón de circunstancias y fenómenos que parecen una especie de péndulo. Cuando parece que hay temas que ya trabajamos, que ya pusimos sobre la mesa, y en los que estamos como todos de acuerdo, resulta que se vuelven a polarizar las opiniones… Creo que eso es parte de la naturaleza humana y el chiste es pensar, cómo vamos a ir avanzando hacia nuevos mundos que permitan a las personas vivir en paz, que puedan ser quienes son, amar a quienes quieran y mostrarse como se quieran. La meta es que exista respeto, tolerancia y empatía entre todas las personas. Suena un poco utópico, pero sí trabajamos desde lo que está en nuestro eje de acción y desde lo que podemos hacer como individuos y como sociedad, aseguraremos que eso sea una realidad”, concluyó.
evt